Las quejas sobre los resultados educativos son una constante muy extendida tanto en familias como en profesorado. Quejas que casi siempre van dirigidas a los culpables que son, los otros. Y dentro de los culpables están las leyes educativas. Por eso, cuando se piensa en en una reforma se piensa en cambiar la Ley o algún aspecto de la la ley. Quizás, porque los que promueven las reformas están alejados del tajo de la escuela y no piensan que donde hay que incidir es en lo que pasa dentro de la escuela. ¿ Qué pasaría si aquí si en vez de pensar en quitarle un año a la ESO se propusiera, como se hizo en Finlandia, tratar a todo el alumnado como " personas pensantes"
" Hace diez años cambiamos la idea
del profesor frente a la pizarra diciéndoles a los alumnos lo que tienen que
hacer. Ahora hablamos de un aprendizaje
activo El
efecto que ha tenido en los estudiantes esta forma de enseñar va más
allá de los buenos resultados…. Estamos
formando chicos más seguros, dispuestos a dar sus opiniones, a intercambiar
ideas, a reflexionar. Y eso es porque "los estamos tratando como personas
pensantes”[1]
En esta breve cita se resume cual
es la base de la eficacia del sistema educativo finlandés. Hasta ahora lo que
se resaltaba del sistema educativo finlandés eran sus excelentes resultados académicos.
Pero, el éxito académico va precedido,
entre otras cosas, de un cambio de mentalidad del profesorado. Hace diez años cambiamos la idea del profesor
diciéndoles a los alumnos lo que tienen que hace
Sin embargo, aquí en nuestro país
se sigue todavía diciendo al alumnado lo que tienen que hacer:
-
Abrid el libro por la página tal.
-
Hoy voy a explica tal cosa, estar atentos.
-
¿Lo habéis entendido?
Suena
el timbre
-Para
mañana vais a hacer los ejercicios de la página tal, menos el 3 y10
Y
recordad que el lunes tenemos el examen.
-
¡Profe, este fin de semana es carnaval.
-
A callar
Y
así un día y otro.
El cambio ha consistido en pasar a un aprendizaje activo que no hay que confundir con una metodología activa.
No se trata de sustituir una metodología, por ejemplo la expositiva, por la
activa. Se trata más bien, de posibilitar
un escenario en el que tengan cabida aquellas estrategias que posibilitan el aprendizaje con la implicación y
protagonismos del alumnado. Un aula en
que el grueso de la actividad lo constituyan las interacciones, el diálogo, el
intercambio de ideas y opiniones, la creatividad, la reflexión sobre que se hace y como se hace. En definitiva, estrategias que colocan al alumnado en
situación de pensar en que hacer Y termina la cita de
Rossi con una frase que encierra la
filosofía del cambio: por que los estamos
tratando como personas pensantes! Fabuloso! Tratar al alumnado como
“personas pensantes” capaces de
implicarse y participar en su propio aprendizaje y no como autómata que
hacen lo que dice y decide el profesorado y además sin rechistar.
Por el contrario, aquí todavía
sigue existiendo una elevada proporción de escuelas, en las que sigue predominando los
métodos expositivos. Es decir, hablar,
escuchar y callar. Lo que provoca lo inevitable: cansancio, aburrimiento,
distracciones, interrupciones, deseos de ausentarse, altercados disciplinares…
Lo que se traduce en desánimo y pérdida de tiempo del profesorado para mantener
el silencio y el orden. Esta forma de
enseñar es lo más parecido a lo que Freire llama educación bancaria[2].
Educación que parte de la base de que es el enseñante el que posee el saber.
Saber que debe de transmitir al
alumnado que no sabe. El alumnado es como un receptor que a modo de recipiente debe
ser llenado de contenido. Por eso, el
papel de los y las estudiantes consiste en memorizar y repetir sin participar
en el proceso. Esta forma de proceder queda muy lejos de
lo que, hoy, tendría que ser una clase en la que como dice Tracey[3] :"El
alumno debe ser el protagonista de las clase, no el maestro. El profesor tiene
que dejar de lado, aunque le cueste, su papel de protagonista excluyente”. Lo que significa, nada más ni nada menos
que cambiar los papeles, al permitir que sea el alumnado el verdadero
protagonista. La única manera de lograr ese objetivo es involucrando al
alumnado, de una forma activa, en su proceso de aprendizaje.
Este
cambio de papeles supone en primer lugar, el cambio del modelo tradicional del
aprendizaje pasivo, memorístico repetitivo por el de aprender haciendo[4]. Lo que significa, según Maarit Rossi,
hacer cálculos matemáticos a partir del
rebote de una pelota, donde ellos deben recolectar datos, hacer mediciones, decidir si van a probar con una
pelota más grande, si cambiarán de lugar, etc.“La idea es que los alumnos construyan su propia estructura de
aprendizaje y para eso necesitan testear, practicar, debatir, compartir con sus
compañeros”. Estrategias muy alejadas del método expositivo que,
todavía se sigue utilizando en la escuela de la tarima y la pizarra. Alguien recuerda a sus
hijos e hijas, al volver de la escuela, relatar con ilusión sus aprendizajes en
la clase de matemáticas desde el debate, la interacción con los compañeros.
Además,
este cambio de papeles exige una organización del aula de una forma totalmente
diferente, a fin de facilitar la interacción dialógica, el debate, la
experimentación, el ensayo, el error…. Aulas dónde el aprendizaje
deje de depender y estar condicionado, al cada vez más limitado, saber del
profesor y profesora. Este cambio de la organización del aula,
nunca impuesto ni forzado, debe partir del
convencimiento, de cada profesor y profesora, de que el aprendizaje en la
sociedad de internet ya no depende en exclusiva de él, como ocurría en la
sociedad industrial. Hoy, cualquier persona con un simple clip puede acceder a
una información muy superior a la que pueda poseer un profesor y profesora[5]
Además, el aprendizaje tanto en el
aula como fuera depende, en gran
medida, de la riqueza e intensidad de
las interacciones que se realicen entre las personas. Interacciones basadas en un diálogo que nos permite intercambiar ideas,
enriquecer y profundizar los significados y conjuntamente crear conocimiento.
Ahora
la pregunta del millón. Si hoy existen más que suficientes
experiencias educativas que han demostrado y siguen demostrando que una escuela
que cambia, la enseñanza expositiva por estrategias de aprendizaje y organiza
el aula de una forma flexible, convirtiendo a su alumnado en protagonista de su
propio aprendizaje, logra el éxito de “todo el alumnado” ¿qué ocurre para que no cunda el ejemplo? ¿Qué ocurre para no
enfrentar los cambios que exigen dejar de tratar al alumnado como autómatas y pasar
a tratarlo simplemente como persona?
Mientras
se siga impartiendo, en tantas y tantas escuelas, unos aprendizajes
“teórico-memorísticos,” basados en la capacidad de retención y memorización y alejados
de la vida real. La escuela seguirá condenando a todo el alumnado al aburrimiento, desmotivación y a
un aprendizaje alejado de sus intereses. Lo que conduce irremediablemente a un
porcentaje importante de alumnado a la
repetición y al fracaso escolar
17 de febrero de 2012
Ginés Martínez Cerón
Asociación Educación Pública Siglo XXI
[1] Maarit Rossi Directora general de la
escuela secundaria Kirkkohariu en el municipio de Kirkkonummi, Finlandia. Es
licenciada en ciencias matemáticas, físicas y químicas de la universidad de
Turku, Finlandia y es maestra en educación por la universidad de Jyväskylä.
[2] Freire Paulo. Pedagogía del oprimido ( 1969),
[3] Tracey Tokuhama Espinosa. Directora de IEDEA y profesora Universidad San
Francisco de Quito de Educación y
Neuropsicología
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