El Sr. ministro de
educación, en su comparecencia en la comisión de educación, apenas si ha
avanzado en la propuesta de la reestructuración del la secundaria. Las
novedades han consistido en el anuncio de alguna medida nueva, nada sorpresiva,
y esperada. De las anunciadas la que parece más importante, si nos guiamos por
el tamaño de los titulares aparecidos en los principales periódicos de tirada
nacional es la referida a la supresión de la asignatura de educación para la
ciudadanía y cambiarla por otra que se llamará “Educación Cívica y
Constitucional. El País la titula: El
Gobierno rediseña la asignatura de Educación para la Ciudadanía, El
Mundo: El Gobierno sustituirá EpC por “Educación Cívica y
Constitucional”, la Razón: Educación sustituye
Cidudanía por otra materia exenta de controversia y ABC: EL Gobierno da carpetazo a Educación para la Ciudadanía.
Otra novedad
adelantada por el ministro ha sido la
realización de pruebas externas para todo el alumnado, pero evidentemente esto
no sería una novedad ya que ya se vienen haciendo. La novedad consiste en que a
las listas de resultados tendrán acceso las familias y poder así conocerlas a
la hora de elegir el centro para sus hijos e hijas. Con lo que nos podemos
encontrar con noticias como esta de la Comunidad de Madrid” El colegio privado Nuestra Señora de Loreto, en el distrito madrileño de
San Blas, es el centro de la Comunidad de Madrid con mejor nota en la prueba de
6º de Primaria. Así lo avala el 100% de aprobados y la nota media de 34,53
sobre 40 que logró en la prueba de destrezas mínimas que el Gobierno regional
realizó en mayo y el peor es público y está en Carabanchel”[1]
Sin embargo, ninguna
de estas dos decisiones afecta a la mejora de la calidad de las escuelas y a la
solución del verdadero problema de la enseñanza, su calidad educativa. Porque,
lo verdaderamente importante es acabar con el problema, que parece que se ha
enquistado en nuestras escuelas e institutos, de los porcentajes tan elevados
de fracaso y abandono prematuro escolar. Porque, la teoría del ministro de
educación Sr. Wert de que quitándole un curso a la ESO y dárselo al
Bachillerato o FP va a reducir el fracaso y abandono escolar es sencilla y
llanamente una ocurrencia. ¿En que investigaciones reconocidas por la comunidad
científica se apoya el Sr. Ministro para pensar que quitándole un curso a la
Educación Obligatoria se va a reducir el fracaso?
El fracaso se combate
desde una prevención primaria, es decir poniendo los medios necesarios para
que no aparezca y esta prevención se articula desde los primeros años de
escuela y se continúa a lo largo de todas las etapas y ciclos. Unas medidas
preventivas primarias del fracaso escolar implican, por ejemplo que ningún alumno
y alumna llegará al Instituto sin la competencia matemática y lectora adecuada.
Todos sabemos como a la ESO llega
un porcentaje alto de alumnado con deficiencias lectoras. Lo que es difícil de
entender después de haber permanecido seis años en Primaria o más, si se trata
de alumnado que haya repetido algún curso. Porque si la escuela primaria como dice Ana
Camps, “ha tenido desde siempre como objetivo enseñar a leer y a escribir.
Este ha sido su origen y su justificación primera”. ¿Que es lo que ocurre para que se den estas
situaciones? Con este ejemplo solamente se quiere ilustrar que si una de las
causas del fracaso escolar, entre otras muchas, es la deficiente o nula
comprensión lectora la única forma de superarla es articulando los recursos y
actuaciones educativas necesarias para que todo el alumnado termine la primaria
con la competencia lectora adecuada. Esta sería una medida preventiva primaria.
Si el Sr. Ministro en
vez de basarse en ocurrencias como la de quitar un curso a la ESO, para combatir
el fracaso escolar se preocupara de buscar experiencias de éxito contrastadas
por la comunidad científica seguramente lograría darle la vuelta a los
porcentajes de abandono y fracaso. Claro que también podría el Sr. Ministro
establecer un centro de investigación a nivel central o de las distintas
autonomías para recoger, estudiar y validar todas aquellas experiencias
educativas que han conseguido reducir y/o erradicar el fracaso escolar. Porque
haberlas haylas.
Pero no, al parecer lo
importante no es erradicar el fracaso desde la raíz. Sino reestructurar la
secundaria quitando un curso a la formación básica y común a todo el alumnado
y claro, convencernos que ese es el camino para acabar con los problemas de
fracaso y abandono. Pero por favor, un poco de seriedad. ¿Que sentido tiene que
el primer curso de una etapa o de la FP de grado medio sean obligatorias y el
resto de los cursos postobligatorios? Además, se mire por donde se mire con
esta reestructuración lo que se consigue es reforzar más a los mejores, a los
que se supone que van a ir a la Universidad cursando un Bachillerato más largo
e intenso, dejando al alumnado con más necesidades sin poder terminar la educación básica común y por supuesto, el tiempo nos lo confirmará, dejando al fracaso escolar
donde está.
2 de febrero de 2012
Ginés Martínez Cerón
Ginés Martínez Cerón
Pertenece a la
Asociación Educación Pública Siglo XXI
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