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02 marzo, 2012

El absurdo de la repetición escolar

Para lidiar con el problema del aprendizaje (lograr que todos los alumnos aprendan lo mismo, al mismo ritmo y de la misma manera, ignorando sus puntos diferentes de partida y estableciendo para el conjunto normas y estándares ideales que sólo se aplican a una minoría), el sistema escolar inventó un mecanismo tan extendido como absurdo: la repetición.

 La repetición escolar se basa en el supuesto de que el alumno que repite, aprende; que con dos, tres o más veces que repita el año logrará finalmente aprender lo que debió aprender en uno. La repetición, en este sentido, incluso termina viéndose como un favor y una concesión que se le hace al alumno: en lugar de echarle de la escuela, se le ofrece una segunda - e incluso una tercera y cuarta-  oportunidad. Abundantes estudios muestran que tal relación no se da: que el alumno repetidor no sólo no aprende más sino que tiene más posibilidades de abandonar el estudio, por decisión propia o de sus padres. La repetición, en definitiva, antes que un mecanismo de salvación, es un mecanismo de condena.

Desde ningún punto de vista tiene sentido la repetición:

• Socialmente es un estigma: el alumno que repite el año tiende a ser considerado tonto, incapaz; los profesores depositan en los alumnos repetidores menos expectativas, tiempo y dedicación que en los alumnos promovidos; los padres tienden a interpretar la baja calificación como una señal de la incapacidad de su hijo o hija, y reducen así las expectativas de ese hijo o hija para el estudio y para el éxito en la vida en general.

• Psicológicamente es una carga: el alumno que repite interioriza su experiencia como un fracaso personal, ve deteriorar su autoestima, baja sus propias expectativas y su voluntad y convicción para proponerse superar esa situación y plantearse nuevas metas.

• Administrativamente es un descalabro: los repitentes - que tienden a concentrarse en los grados inferiores, los puntos de entrada al sistema escolar - ocupan los lugares y el presupuesto que pueden adjudicarse a quienes entran por primera vez, taponando así la entrada al sistema escolar, limitando la oferta educativa, y abultando el número de alumnos por aula precisamente en los niveles en que la enseñanza y el aprendizaje son más complejos y exigirían mayor atención. Las aulas se vuelven heterogéneas desde el punto de vista de la edad, encontrándose niños pequeños y adolescentes y jóvenes en la misma aula, sobre todo en los primeros grados.

• Pedagógicamente es un absurdo: volver a cero es negar que algo se aprendió en el camino. Al alumno que repite el año se le obliga a recorrer nuevamente y de la misma manera el mismo camino que le llevó al fracaso, lo que no reduce sino que aumenta las posibilidades de un nuevo fracaso. Por lo demás, como es sabido, la repetición se concentra en los primeros grados de la escuela y está vinculada en gran medida al aprendizaje de la lectura y la escritura. En ningún campo como en éste resulta más absurdo repetir el año y volver a empezar: dados los enfoques y métodos tradicionales de enseñanza que dominan en este campo, donde se procede a alfabetizar siempre según un orden un orden fijo, ya sea ascendente o descendente (letra-sílaba-palabra-oración o bien oración-palabra-sílaba-letra), orden precedido por una infaltable fase de aprestamiento, al alumno repetidor se lo coloca en la situación del ratón de laboratorio que debe empezar el experimento, tal cual, desde el inicio, una y otra vez.

• Económicamente es un desperdicio: cada alumno que repite el año vale por dos (más de dos si se trata de un multirepitente). En los 1990s se calculaba cerca de 40 millones de repitentes en los sistemas escolares del mundo, únicamente en educación primaria, contabilizando sólo 84 países y teniendo en cuenta estadísticas oficiales (que se presume subestiman la magnitud del problema). Sólo en América Latina, donde la repetición es alta en la mayoría de países, se estima que el costo de hacer repetir al mismo alumno una segunda vez el grado es de 3 mil millones de dólares por año, asumiéndose un costo por alumno de 161 dólares. El desperdicio de recursos se vuelve más evidente si consideramos la baja o nula eficacia de la repetición como estrategia de compensación y refuerzo del aprendizaje.

Si la repetición no se justifica ni social ni psicológica ni administrativa ni económica ni pedagógicamente; si la repetición es uno de los obstáculos más serios para universalizar la educación primaria o básica, uno de los predictores más importantes de deserción y fracaso escolar, y uno de los indicadores más claros de ineficiencia interna de los sistemas escolares; si la repetición es, en fin, un absurdo desde todo punto de vista, que alguien nos explique por qué se la sigue alimentando y tolerando, por qué se sigue invirtiendo en repetición escolar en lugar de invertir en la construcción de esa nueva escuela coherente, verdaderamente democrática, orientada hacia el logro antes que hacia el fracaso.
 Rosa María Torres
* Basado en el estudio mundial Primary school repetition: a global perspective, UNICEF-IBE, Geneva, IBE, 1996. Estudio coordinado por Rosa María Torres (UNICEF) y Juan Carlos Tedesco/Massimo Amadio (IBE-UNESCO). Informe disponible en inglés, español y francés.  Este texto es un resumen de dicho estudio, escrito originalmente en inglés: Rosa María Torres, "Repetition: A Major Obstacle to Education for All", in: Education News, N° 12. New York: UNICEF, 1995.

3 comentarios:

  1. Lo siento, pero lo que se dice aquí no se corresponde con mi experiencia docente.
    Ni yo, ni la mayor parte de mis compañeros (que yo sepa) "depositamos menos expectativas en los repetidores". Al contrario, estamos más pendientes de ellos para intentar que no caigan en los errores del curso anterior.

    Es cierto que la repetición "aislada" es una medida pedagógica insuficiente, y que se podría prevenir con los apoyos adecuados, pero yo tengo y he tenido alumnos a los que repetir les ha venido pero que muy bien y que no se han quedado "estigmatizados" de por vida.

    Y algo que se omite en este discurso es el debate sobre si la alternativa sería mejor: si se pasara de curso automáticamente, ¿no empeoraría la enseñanza en general? ¿Qué hacemos con los alumnos (y familias) objetores?

    Gracias por el debate.
    Un saludo

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  2. Evidentemente el efecto de las repeticiones depende mucho del tratamiento que se haga. Por tanto, hay casos como los que describes en los que la repetición es provechosa. De hecho en el estudio titulado ¿Es eficaz la repetición de curso? que realizó
    el Instituto Vasco de Evaluación e Investigación Educativa, se dice que algo más de la mitad de estos profesionales, concretamente el 57%, considera que, en general, el alumnado que ha repetido curso mejora y un 33,9%, afirma que a pesar de la repetición el alumno o alumna sigue igual.

    Además, En 2006, después de presentar el informe Pisa su responsable, Andreas Schleicher, destacó entre las deficiencias detectadas en el sistema educativo español la repetición de curso, ya que “consume muchos recursos y es poco productiva” y aconsejó que, “en lugar de obligar al alumno a repetir, se le debe ayudar de forma individualizada para resolver el problema . Porque “la repetición estigmatiza, es ineficaz y una auténtica pérdida de tiempo.

    En un escrito titulado: Las repeticiones una lacra del sistema educativo que impiden el éxito de todo el alumnado que se puede encontrar en este blog se apuntan algunas posibles soluciones.
    En cualquier caso creo que es un debate que no se ha acometido con seriedad, como muchos otros en nuestro país.

    Respecto a si mejoraría la enseñanza en general habría que ver que ocurre en los países con promoción automática como (Finlandia, Noruega, Suecia, Dinamarca, Reino Unido, Irlanda y Japón que al parecer tienen resultados por encima de la media internacional.

    Respecto a los objetores y familias el problema es, desde mi punto de vista, distinto al de las repeticiones y formaría parte de otro debate. Aunque hoy contamos con experiencias educativas a nivel nacional e internacional como el de las escuelas aceleradas, Programa de Desarrollo Escolar ,programas de Éxito para Todos y Comunidades de Aprendizaje que han demostrado el éxito de todos con la implicación de los familiares.

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  3. Primero, muchas gracias por contestar a mis objeciones y también por el enlace a la otra entrada sobre el tema, que he encontrado muy interesante.

    Sigo pensando, sin embargo, que las alternativas que se proponen a la repetición de curso no están bien encaminadas. Yo he trabajado dos años en el sistema educativo de otro país en el que la promoción es casi-automática, y ciertamente me parece un avance respecto al nuestro porque los casos de alumnos objetores o alumnos-mueble eran prácticamente nulos.

    Pero me he planteado muchas veces que no se puede importar este sistema a España debido a que, como se apunta, la repetición está muy interiorizada en la visión que la comunidad educativa tiene de los estudios de primaria y sobre todo de secundaria.

    De hecho creo que esto fue uno de los graves errores de planificación de la LOGSE: ni las familias, ni el profesorado, ni el alumnado interpretaron correctamente el cambio que supuso no repetir más de una vez por ciclo.

    Por otro lado, creo que los cambios radicales en el sistema educativo no nos han sentado nada bien, quizá por razones sociológicas, pero también por una idealización excesiva de las bondades de ciertas modas pedagógicas.

    Así que mi idea se resume en esto: más que insistir en que la repetición es "el" fallo de nuestro modelo de educación, debemos iniciar un cambio lento hacia otro modelo mejor, comenzando por la planificación correcta de los apoyos (antes y durante la repetición de curso). Como no podemos esperar en el corto plazo la fuerte inversión que supondría una mejora en este terreno, tenemos que ser nosotros, los docentes, los que cojamos el toro por los cuernos y optimicemos los recursos que tenemos a nuestro alcance. Por ejemplo:
    --> Reuniones en septiembre antes del inicio de las clases para informar de las características de los ACNEES
    --> Elaboración de materiales didácticos de libre acceso bien clasificados por contenido y nivel (en mi opinión aquí se improvisa muchísimo). Por ejemplo con un proyecto de centro de CPR.
    --> Seguimiento del trabajo de apoyo para evitar que sea un "quítame una hora a estos alumnos para que pueda dar la clase normal y no molesten": Departamento de Orientación, Tutores, Jefatura de Estudios.
    --> Escuela de padres: ¡aun este año me encuentro con familias que dicen que si su hijo de 14 no estudia "lo sacan del instituto"!

    Un saludo.

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