Vivir para aprender es un artículo en el que se expone la
importancia que tiene aprender haciendo basado en la metodología Story Centered Curriculum-SCC-(o "Currícula Basada en Historias") de de Roger Schank.
¿Cuáles son los principios de aprendizaje de aprender haciendo?
Vivir para aprender
A diferencia del modelo tradicional de enseñanza que
constatamos hoy en el sistema educativo tradicional, donde el profesor es el poseedor del conocimiento y se ocupa de transmitirlo
de distintas maneras según su criterio, la teoría del Learning by Doing que
postuló Roger pone el énfasis en la
actividad del alumno como modo de acceso al saber.
"La única
manera de saber cómo hacer algo es haciéndolo", afirma el profesor
norteamericano que tras 30 años de experiencia docente comenzó a cuestionar el
sistema educativo desde sus bases. Un padre enseña a su hijo a caminar, andar
en bicicleta, jugar al fútbol o manejar un auto de una manera práctica; primero
mostrándole y luego dejándolo probar por su cuenta, como si fuera un aprendiz de
oficio. En este proceso, cometer errores será inevitable (tropezar, caerse,
errar, detenerse), pero igualmente deseable. ¿O acaso los errores no son los
mejores maestros? Sin embargo, los colegios no siguen este modelo que prueba
ser tan eficaz en la vida cotidiana, y en cambio elaboran currículas basadas en
materias que explican teóricamente las tareas, pero en general no las ponen en
práctica.
Es esta idea del
alumno activo la que recupera el SCC, por lo que una buena currícula está
basada en una historia en la que los aprendices asumen roles asignados según aquellas tareas que se
espera cumplirán luego en la vida real. El
equipo de trabajo recibe información detallada y realista del problema a
resolver, y cuenta con la asistencia de un tutor o especialista para consultar
dudas. El proceso de aprendizaje de habilidades (o skills) se desenvuelve a medida que el
grupo avanza hacia el objetivo final sorteando los obstáculos. Frente a cada desafío, el alumno está
motivado a desarrollar las destrezas necesarias para continuar; hacia el final
de la tarea, habrá conseguido internalizarlas contextualmente. El trabajo en equipo, como habilidad en sí
misma altamente valorada en el mundo laboral actual, se fortalece dado que cada
rol es indispensable para el cumplimiento del objetivo.
Entonces,
podemos mencionar como beneficios de esta metodología:
- Un
mayor grado de actividad e involucramiento del alumno: no sólo escucha
pasivamente sino que hace, pone en práctica.
- Un
aprendizaje no basado en la memorización y repetición, sino en el razonamiento
y la discusión grupal.
- La
ayuda permanente del tutor, a diferencia de la atención difusa de un profesor
en una clase con muchos alumnos.
- El
trabajo en equipo, como actividad indispensable para resolver la tarea y a la
vez como habilidad per se a desarrollar.
- La facilidad de
asimilar conocimientos e internalizar prácticas durante la resolución de la
tarea que luego tendrán su correlato en situaciones reales de la vida.
El rol
del docente en un modelo centrado en el alumno
Ya
hemos dicho que el alumno resulta mucho más activo en esta modalidad de
aprendizaje que en el caso de la educación centrada en el docente. Entonces,
¿qué sucede con el instructor? De acuerdo con los postulados de Schank, su rol
se ve relegado a un nivel reducido pero aún muy importante, lo que inclusive
supondría cambiar la forma de denominarlo. En
un SCC los instructores son en realidad mentores, cuyas funciones son ayudar, apoyar,
aconsejar y brindar feedback cuando el alumno lo requiera. Se dedican a motivar
y acompañar al aprendiz en su camino hacia la resolución de las tareas
asignadas. También intervienen otro tipo de mentores, los expertos en un
área temática, cuya función tiene más relación con las dudas puntuales de
acuerdo al campo de acción.
Otras
implicancias pedagógicas de este modelo de enseñanza provienen de los aportes
que hiciera el profesor de Psicología estadounidense Jerome
Bruner a la teoría de
la educación. Según este autor, el aprendizaje consiste esencialmente en la categorización,
que implica procesos como selección de información, simplificación, generación
de proposiciones, construcción y verificación de hipótesis, y toma de
decisiones. Entonces, el aprendiz asume el rol activo de interactuar con la
realidad organizando la información en categorías pre-existentes o nuevas. Esto
se traduce en un tipo de aprendizaje denominado "por descubrimiento",
que si bien pone al alumno en el centro, requiere de la guía de un tutor que lo
motive a descubrir relaciones entre conceptos y construir proposiciones por sí
mismo. Para ello, es necesario entablar
un "diálogo activo" entre instructor y aprendiz, podría decirse que
al estilo socrático. El mentor también se encarga de
asegurarse que la información que recibe el alumno esté en un formato apropiado
para su captación, y se enfocará en enseñar primero las estructuras o patrones
para luego ir hacia los hechos.
En el ámbito de trabajo
Si
el mejor modo de aprender es experimentando, viviendo, ¿cómo trasladar esta
idea a la formación corporativa? Al decir de Javier Martínez Aldanondo, especialista en gestión del
conocimiento y en e-Learning, quien ha trabajado mucho con el modelo de SCC,"todo programa de formación profesional debe situar
a los participantes en un rol que lo enfrente a las situaciones habituales que
forman parte de su trabajo diario, donde trate de alcanzar un objetivo que le
interese y deba tomar las decisiones adecuadas para resolver los problemas
planteados, desarrollando las habilidades necesarias para tener éxito y, ojalá,
cometiendo los errores más habituales en esos casos."
Esto significa que, en
un ámbito como el laboral donde prevalece la necesidad de aplicar conocimientos
de manera práctica, resolviendo conflictos nuevos permanentemente, y trabajando
mano a mano con los demás compañeros, el SCC tiene un potencial enorme. Martínez
Aldanondo lo confirma: "La propuesta
del SCC es ofrecer al participante la posibilidad de practicar en un entorno
libre de riesgos las mismas tareas que va a tener que enfrentar y hacer en su
trabajo, con la ventaja de contar con apoyo de recursos, feedback y coaching
permanente de expertos."
Confirmados
los beneficios, a la hora de elaborar un SCC es importante tener en cuenta
ciertas pautas para realizarlo correctamente. Ray Bareiss, Director de Programas Educacionales de la
Universidad Carnegie Mellon en Silicon Valley, brinda algunos consejos:
-
Enumerar metas de aprendizaje en forma de objetivos de desempeño
(no "saber X" sino "poder realizar Y").
- Priorizar
las metas de aprendizaje (saber algunas pocas cosas en profundidad es mejor que
saber muchas cosas superficialmente).
- Construir
escenarios de la práctica profesional y distribuir las tareas a realizarse.
- Crear
una matriz de descripción de tareas general, y una detallada que incluya
pre-requisitos de conocimientos o habilidades, objetivos de aprendizaje,
decisiones clave a tomar, recursos disponibles, errores comunes.
Por María
Luján Morfi
Publicado
en la revista Learning Review
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