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24 marzo, 2012

EL MERCADO EDUCATIVO 0 LAS GRAVES CONSECUENCIAS DE LA ZONA ÚNICA

La noticia de convertir toda la provincia de Madrid en "zona única de escolarización" ha sido uno de los anuncios que ha sorprendido a muchas organizaciones y ciudadanos por considerarla un auténtico dislate. Considerar inadecuada esta medida es suponer que los responsables educativos de la Comunidad de Madrid se basan en los mismos parámetros educativos que los que la critican. Igualmente, cuando se analizan los objetivos en que se apoya la configuración de la zona única, se entiende desde la perspectiva de los defensores de aumentar la libertad de elección que perciban que la zonificación, tal y como actualmente funciona, restringe la libertad de elección, al asignar forzosamente a los alumnos al centro más cercano a su domicilio. Medida que les impide elegir aquellos centros que prefieren por el simple hecho de estar en otra zona. De ahí, que para cumplir el objetivo de "mejorar la libertad de elección de los padres", según Esperanza Aguirre, sea necesario eliminar las actuales zonas de escolarización. Medida que además tiene otro objetivo obligar a que determinados centros, los colistas en el ranking tengan, según la Sra. Figar”ponerse las pilas", como única escapatoria para salir del vagón de cola.

 Sorprenderse por estas medidas es no entender que los responsables educativos de Madrid tienen claro que “la única” forma de conseguir que los centros se esfuercen es poniéndolos en situación de competir.  “La única forma de conseguir que las instituciones de enseñanza, tanto públicas como privadas, se esfuercen por ofrecer una educación de mejor calidad es que tengan que competir entre sí y que tanto padres como alumnos puedan elegir libremente el establecimiento preferido” (Schwartz, 1997).[1] . Pero el objetivo que se proponen va mucho más allá. “la libertad de elección adquiere su pleno sentido cuando las familias pueden optar dentro de un abanico de centros con características diferénciales y con ofertas educativas que presenten un cierto grado de especificad[2] . Se trata a través de la competitividad lograr que la oferta sea lo más diferenciada posible.

Lo grave de estas propuestas es el pensamiento único, rígido y excluyente que las fundamenta.  La “única” forma para que los centros se esfuercen por ofrecer una educación de mejor calidad es que tengan que competir entre sí. Es decir no se trata de una forma, sino de la única. Lo que nos sitúa en una especie de dictadura. El centro que quiera mejorar no tiene otra posibilidad sino participar en la carrera

Sorprenderse por estas medidas es no entender los objetivos de la libre elección que López Rupérez concreta en cuatro: a) Reconocer el derecho de los padres a elegir libremente la educación que deseen para sus hijos., b) estimular la diversificación de la oferta pedagógica, c) promover la mejora de la calidad de los centros poniendo en marcha en el seno del sistema escolar público mecanismos de tipo mercado y d) asegura la oferta de enseñanza de carácter confesional (pág. 48)[3]. Por tanto, convertir toda la provincia de Madrid en una zona única es la mejor garantía para que exista una mayor diversificación de colegios donde poder elegir.  Lo que como en cualquier mercado facilita que las familias-clientes tengan todas las posibilidades “imaginarias” para elegir el mejor centro-producto. Por tanto, solamente se sorprenderá de esta medida el que todavía no hay entendido los objetivos de la libre elección, entre los que como se ha visto se encuentra el de poner “en marcha en el seno del sistema escolar público mecanismos de tipo mercado”. En definitiva, estamos ante propuestas y medidas que pretenden, sin tapujos, el más puro mercado educativo.

Pero lo grave de estas políticas es que deja abandonados a su suerte a los centros educativos es decir, que cada uno se saque las castañas del fuego. ¿Qué pasa con los centros que no han logrado un puesto aceptable en el ranking?. ¿Cuál es la causa? ¿Qué apoyo les presta la administración educativa para que superen su situación?. Y las familias ¿pueden todas elegir? ¿Saben todas qué elegir?  Son problemas sin importancia.  Ya que existen suficientes mecanismos en el mercado educativos para que desde la competitividad más salvaje se consiga mejorar la educación. Mientras. la administración se lava las manos

Sin embargo, existen evidencias científicas que han “demostrado que en los sistemas educativos donde se han puesto en práctica medidas para fomentar la libertad de elección han sido las familias de mayor nivel socioeconómico las que han ejercido mayoritariamente la elección, mientras que las menos favorecidas han tendido a mantenerse en el centro educativo asignado”[4]. Además, de acuerdo con Viñao, las políticas de libre elección de centro sólo han servido, allí donde se han aplicado, para incrementar las desigualdades sociales existentes, sin que, además, haya surgido un mercado competitivo o se haya mejorado la calidad global de la enseñanza. Más bien lo que ha sucedido ha sido lo contrario.

Sin lugar a dudas la implantación de estas medidas que se inician en Madrid y que poco a poco se irán extendiendo al resto de las comunidades, ya se ha copiado el modelo en Burgos y la Rioja, incrementarán las desigualdades educativas, condenará a muchos centros a la marginalidad educativa y reducirán a la escuela pública a ser subsidiaria en el sistema educativo.

Ante este panorama muchos ciudadanos y organizaciones de padres y profesores se indignan, lo que les lleva a hacen declaraciones y redactar notas de prensa como demuestran estos ejemplos: “esto es una aberración”, ¿libertad de elección o libertad para la segregación?, la nueva normativa de escolarización es profundamente dañina para la igualdad de oportunidades y vulnera la legislación vigente, por lo que merece el mayor de los rechazos”. Declaraciones que evidentemente ponen de relieve el posicionamiento de dichas organizaciones y plataformas y su indignación. Ante lo que habría que preguntarse, si además sirven para algo más. ¿Sirven para concienciar a la ciudadanía? ¿Sirven para que la Administración Educativa de marcha atrás?

Si realmente, se quiere un sistema educativo en el que la libertad se conjugue con la igualdad y no con la exclusión y discriminación si se quiere que la educación no acabe convirtiéndose en un gran supermercado con escaparates, ofertas, clientes, etc. Sería necesario algo más que declaraciones y pancartas. Hace falta contraponer al discurso hegemónico de la libertad de elección de centro, de la mejora de la calidad del sistema público a través de mecanismos de tipo mercado y de la competitividad de los centros para ofrecer una educación de mejor calidad con otro discurso contrahegemónico. No se puede olvidar que este discurso, el del neoliberalismo educativo, hace años que va calando en el tejido social, en la medida que ofrece garantías de resolver los problemas, algunos graves, que arrastra el sistema educativo.

Junto a esta estrategia es necesario ir más lejos de la defensa de la escuela pública a base de eslóganes publicitarios. La mayoría de las veces idénticos década tras década. “Por una Educación Pública gratuita, igualitaria, integradora, participativa y plural”, se lee en un manifiesto reciente. Los defensores de la Escuela Pública, aparte de los eslóganes reivindicativos, deben de dar un paso más, para que los eslóganes sean creíbles. Porque junto a los valores de la escuela pública: atender una educación para “todos,” desde la igualdad de oportunidades, la equidad y la lucha por superar las desigualdades. Pero hoy, además es preciso lograr el reto de la calidad educativa. Lo que supone, erradicar las bolsas de fracaso escolar, absentismo y repeticiones entre otras. Es necesario ponerse las pilas y demostrar que los centros educativos pueden alcanzar las más altas cotas de calidad educativa[5]  sin tener que competir en la arena de la mercantilización educativa. Es necesario demostrar que la libertad de elección de centro desde la calidad educativa de todos los centros se torna lógica y racional. Pero para ello es preciso que todos los que integran la comunidad educativa confluyan en la necesidad de trabajar conjuntamente en mismo proyecto.  El proyecto de éxito compartido

En conclusión, la zona única no es un capricho de la presidenta de la Comunidad de Madrid, ni de la Sra. Figar, sino que responde a una planificación de política educativa de gran calado  y que hunde sus raíces en el neoliberalismo educativo. Hoy la defensa se la escuela pública exige discursos y estrategias que vayan más allá de eslóganes publicitarios, manifestaciones y pancartas.

23 de marzo de 2012-03-24
Ginés Martínez Cerón


[1] “Tímida ministra”,publicado en El País el sábado 21 de julio de 1997
[2] La libertad de elección en educación, publicado en 1995 por Francisco López Rupérez quien fue Director General de Centros Educativos en el ministerio Aguirre, después presidente del Consejo Escolar de la Comunidad Autónoma de Madrid y ahora Presidente del Consejo Escolar del Estado.
[3] Rupérez López Francisco. La libertad de elección en educación
[4] Mancebón Domingo María Jesús Pérez Ximénez de Embún. Conciertos educativos y selectividad académica y social del alumnado: un estudio aplicado a los centros de secundaria de la  comunidad autónoma de Aragón

[5] Calidad educativa es el logro de éxito educativo de “todo” el alumnado.


1 comentario:

  1. En los últimos años hemos asistido a la utilización sistemática de la "libertad de elección de centro" para introducir en la Educación Pública un montón de modificaciones estructurales. Desde la libertad de elección de centro por motivos religiosos, pasando por la libertad de elección por motivos económicos, por motivos sociales, etc. etc. estamos transformando un derecho universal de todo ciudadano, en un hecho diferenciador social.
    Siendo ademas esta supuesta "libertad" una falacia digna de gran titular periodístico y no por ello menos incierta.
    Cuando se eliminan elementos objetivos y medibles para la elección de centro, como es la proximidad, se incluyen otros que son subjetivos y "caprichosos" tendentes a la selección del alumnado por supuestos injustos.
    Al final son los centros educativos quienes eligen a los alumnos y no al revés. No nos dejemos engañar.

    Fernando

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