Las AMPAS tienen, hoy, la
responsabilidad de iniciar una nueva etapa en su trayectoria que se inició con la creación de las Asociaciones
de Padres y madres, en la década de los 70 y 80. En estos 30/40 años las AMPAS
han cumplido distintos papeles, dependiendo de las necesidades educativas del
momento: En líneas generales, en
una primera fase sus actuaciones
se centraban en movilizaciones para conseguir construcciones de colegios,
mejora de infraestructuras inadecuadas
y profesorado para completar plantillas etc. En un periodo posterior se encargan y ocupan en la organización de actividades
extraescolares y en colaborar
con el centro educativo en la organización
de las fiestas. “Por
desgracia, la vida de la
inmensa mayoría de la AMPAs de
este país no va más allá de la gestión de actividades extraescolares) lo que
las convierte en organizadora de actividades lúdico –deportivas a bajo precio)
y de alguna que otra fiesta, aspectos, en todo caso, irrelevantes para la vida
intra-centro.” (Feito, 2011, Pág. 110).
En la segunda
década del siglo XXI, un AMPA no puede seguir derrochando ilusiones y esfuerzos
en actividades irrelevantes para la mejora del centro educativo. Es necesario superar etapas
anteriores y enfocar el objetivo del AMPAs a trabajar, conjuntamente con todas
las familias, profesorado y demás integrantes de la comunidad escolar en la
consecución del éxito de todo el alumnado.
Algunos cambios a
considerar en el escenario educativo
En los últimos años se han producido cambios profundos
en la estructura familiar, en la sociedad y en
la educación. El contexto educativo ha cambiado notablemente al
situarnos en la sociedad de la información. Como consecuencia de esta evolución han surgido nuevos
problemas antes
inimaginables: los porcentajes demasiado altos de fracaso y abandono escolar,
absentismo, profesorado
desmotivado, incompetencia lectora de
un porcentaje alto del alumnado, problemas de convivencia, objetores escolares etc. Lo que ha complicado y ha añadido
nuevas dificultades en la mayoría de los centros debido, precisamente, a la
diversidad y heterogeneidad de las aulas.
Este nuevo escenario
social, familiar y educativo requiere un cambio de actitud tanto de los
claustros y equipos directivos, como de los dirigentes de las AMPAs y sus
organizaciones federaciones y confederaciones. Los claustros y equipos directivos deben de apostar por la participación real de las familias en
la vida del centro. Las AMPAs se deben de plantear revisar y, en su caso,
cambiar su estructura
organizativa. Incorporar un nuevo objetivo, participar en la vida del centro, codo con codo con el profesorado y demás
integrantes de la comunidad educativa, para construir conjuntamente el centro del éxito de todo el alumnado.
Reconocidos los
cambios que se han producido y se siguen produciendo en el escenario educativo.
El siguiente paso es tomar conciencia que la enseñanza y aprendizaje, no puede
seguir siendo una tarea exclusiva del profesorado, sino de toda la comunidad
educativa. La experiencia ha
demostrando que el profesorado, solo, no puede lograr el éxito de todo el alumnado.
La razón es sencilla, el profesor no puede atender de una forma personalizada
la gran diversidad y heterogeneidad de las aulas. Además, las principales investigaciones educativas
de la comunidad científica internacional dejan muy claro que el aprendizaje de los niños y niñas no
depende solo de lo que ocurre en el aula, sino también de lo que ocurre en la
calle, en la casa, en la televisión, en internet y en cualquier ámbito en el
que se desenvuelva el niño y la niña.
Por otra parte,
la consecución del éxito educativo[2] de todo el alumnado no ha sido un objetivo
prioritario y compartido por todos los integrantes de la comunidad escolar.
Quizás como consecuencia de una cierta pasividad y resignación, de la comunidad
educativa en su conjunto, al
pensar que el fracaso escolar es algo inevitable. Pero, lo grave de la situación es que se
haya llegando a asumir, como algo natural e irremediable, que un porcentaje aproximado de un 30% del alumnado no puede logra el
éxito en su itinerario educativo. ¿A alguien se le ocurriría pensar que el personal
médico de un hospital permaneciera inmutable si se le murieran un 30% de sus
pacientes? Sin embargo, la
comunidad educativa permanece inmutable ante una realidad que se viene
arrastrando muchos años. Esta
creencia, en la actualidad no tiene sentido ya que existen evidencias científicas de que muchos centros
que han logrado con sus
actuaciones el éxito
educativo de todos.
No es fácil el caminar juntos (profesorado y AMPAS)
en la dirección de construir el centro educativo como unidad de acción. Es
necesario, previamente, plantearse y revisar actitudes, concepciones,
rutinas, formas enquistadas de actuación, estructuras de funcionamiento
para crear las condiciones que permitan conjuntamente crear centro
educativo.
Marzo de 2012
Ginés
Martínez Cerón
Asociación
Educación Pública Siglo XXI
Bibliografía
Feito
Alonso Rafael. Los retos de la participación escolar. Elección, control y
gestión de los centros educativos. Morata.
[1] Entendemos el” centro educativo” como una comunidad educativa integrada por el profesorado, padres y
madres, alumnado, personal no docente y agentes sociales del barrio, que así lo
decidan, que desarrolla un proyecto común en el contexto de su barrio y/o
localidad.
[2] Entendemos el éxito educativo no solamente en función del mayor o
menor número de aprobados, sino que los aprendizajes adquiridos permitan que
todo el alumnado adquiera los suficientes conocimientos y competencias para
desenvolverse con éxito en los diferentes ámbitos de vida familiar,
laboral y social
En efecto, las APAs arrancaron con fuerza y luego (en algunos casos) se estancaron... pero creo que esto es consecuencia de la falta de funcionamiento democrático de los centros educativos.
ResponderEliminarTenemos una estructura abierta a la participación de todos, pero (al menos en los centros en los que he trabajado) es pasmosa la desidia de alumnado y familias cuando se desarrollan las elecciones a Consejo Escolar, o cómo la elección de delegado de clase parece más un "juguemos a los votos" que una estupenda ocasión (desperdiciada) de educar en responsabilidad ciudadana.
Creo que hay mucho por hacer en este campo, y me gustaría algún año participar en un proyecto de CPR de dinamización democrática de la vida escolar.
Gracias por el artículo y por la oportunidad de réplica.
Un saludo
Respecto a la participación en un proyecto de dinamización democrática fenomenal.El problema es que al parecer los CPR tienen los días contados. Algunos ejemplos: Se han suprimido en Castilla La Mancha. El Gobierno de Aragón tiene prevista dejar en toda la comunidad solo seis centros de profesores y recursos. En la actualidad hay 19. Se dice que en Murcia dejarán dos. Pronto se verá si se confirma.
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