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30 mayo, 2012

SALVAR LA EDUCACIÓN PÚBLICA NECESITA DEL RESPALDO CONJUNTO DE TODA LA COMUNIDAD EDUCATIVA.

La lista de recortes a la educación pública se ha convertido en un continuo goteo que parece no tener fin. Goteo que no responde a improvisaciones, ni a ocurrencias, como alguien pudiera pensar, por la forma que se van produciendo. Este goteo casi continuo, desde que se hizo cargo de del ministerio de educación el Sr. Wert, responde a una planificación estratégica y a una serie de objetivos claro y bien definido. El hecho de que se vayan anunciando las reformas-recortes una tras otras tiene  un objetivo claramente psicológico. El de producir un doble efecto. Provocar un cierto cansancio ante este goteo incesante, a fin de lograr distraer la atención y el conseguir que vaya calando, en una parte de la comunidad educativa, como lluvia fina, la necesidad de dichos recortes y su inocuidad para la educación.

 Desde esta perspectiva, no son nada inocentes las expresiones y frases que acompañan a cualquier declaración sobre recortes: propuesta temporal, "conjunto de instrumentos que permitan conjugar los irrenunciables objetivos de calidad y eficiencia del sistema educativo con el cumplimiento de los objetivos de estabilidad presupuestaria", ninguna de estas medidas van a afectar ni directa ni indirectamente a la calidad de la educación. Discursos que quieren justificar que la reducción del gasto son simplemente ajustes imprescindibles para mantener un servicio público sostenible y que tiene como objetivo prepara a la ciudadanía para aceptar y asumir los recortes  en educación como una necesidad irrenunciable.

Junto a los objetivos anteriores, de sensibilizar y convencer a la ciudadanía de la necesidad de los recortes, se sitúa el verdadero objetivo que subyace a dichos recortes. El de aprovechar la crisis como una oportunidad para hacer de la Escuela Pública una red subsidiaria de la privada.  Lo que sencillamente quiere decir que cada uno de los recortes-reformas son pequeños pasos hacia la potenciación de la red privada en detrimento de la red pública para convertirla en una escuela asistencial. Se trata de caminar hacia la privatización y mercantilización de la educación. Objetivo que solamente se puede llevar a cabo desde el poder. Por eso, el sr. Wert fiel seguidor de las propuestas de Milton Friedman, quiere rapidez, realizar los cambios lo antes posible. No en vano Friedman aconseja “una nueva administración disfruta de seis a nueve meses para poner en marcha cambios legislativos importantes; si no aprovecha la oportunidad de actuar durante ese período concreto, no volverá a disfrutar de ocasión igual” [1]

Por tanto, es una ingenuidad seguir pensando que los recortes en educación tienen como objetivo la reducción del déficit presupuestario. Si así fuera, se recurriría a recortar otras partidas preservando y blindando la educación como un derecho intocable de toda la población. Existe un paralelismo entre lo que piensa el Sr. Wer y lo que decía Friedman con ocasión de las inundaciones y la catástrofe provocada por el huracán Katrina en 2005 “La mayor parte de las escuelas de Nueva Orleáns  están en ruinas –observó Friedman–, al igual que los hogares de los alumnos que asistían a clase. Los niños se ven obligados a ir a las escuelas de otras zonas, y esto es una tragedia. También es una oportunidad para emprender una reforma radical del sistema educativo”.[2]

La idea radical de Friedman consistía en que, en lugar de gastar una parte de los miles de millones de dólares destinados a la reconstrucción y la  mejora del sistema de educación pública de Nueva Orleáns, el gobierno entregase cheques escolares a las familias, para que éstas pudieran dirigirse a las escuelas privadas, muchas de las cuales ya obtenían beneficios, y dichas instituciones recibieran subsidios estatales a cambio de aceptar a los niños en sus alumnado. Era esencial, según indicaba Friedman en su artículo, que este cambio fundamental no fuera un mero parche sino una “reforma permanente”.  Una red de think tanks y grupos estratégicos de derechas se abalanzaron sobre la propuesta de Friedman y cayeron sobre la ciudad después de la tormenta. La administración de George W. Bush apoyó sus planes con decenas de millones de dólares con el propósito de convertir las escuelas de Nueva Orleáns en “escuelas chárter” es decir, escuelas originalmente creadas y construidas por el Estado que pasarían a ser gestionadas por instituciones privadas según sus propias reglas.  Hay un gran debate en torno a las escuelas chárter en Estados Unidos, pues muchos padres y madres afroamericanos opinan que son un paso atrás en el camino de los derechos civiles, que garantizaban una educación igual para todos los niños. Sin embargo, para Milton Friedman el mismo concepto de sistema de educación pública apestaba a socialismo. Desde su punto de vista, las únicas funciones del Estado consistían en la “protección de nuestras libertades, contra los enemigos del exterior y del interior: defender la ley y el orden,  garantizar los contratos privados y crear el marco para mercados competitivos”. En otras palabras, policía y soldados; cualquier cosa más allá, incluyendo una educación gratuita e igualitaria, era una interferencia injusta en las leyes del mercado.

De forma similar, a lo que ocurrió en Nueva Orleáns, se podrían encontrar actuaciones similares en algunas comunidades autónomas y en especial en la de Madrid que nos certifican, por si existiera alguna duda, que las políticas que se están llevando a cabo y que pretende extender a todo el sistema educativo con las pretensiones reformistas del Sr. Wer se inspiran en la doctrina de Milton Friedman. Quizás, las reformas que quiere imponer el Sr. Ministro no sean tan radical de llegar la suprimir la red pública en su totalidad pero, si en convertirla en red “con el doble objetivo de que atienda, sobre todo, a las clases bajas, inmigrantes, alumnos con necesidades educativas especiales, problemáticos o de bajo rendimiento académico y, en definitiva, a quienes sean rechazados por el sector privado o no hallen acomodo en el mismo [3]

Este es el futuro que le espera a la educación pública de nuestro país si la comunidad educativa, en una mayoría, no reacciona ante el desmantelamiento progresivo que se irá sometiendo a la educación pública. Porque salvar la educación pública, hoy, necesita del respaldo conjunto de toda la comunidad educativa. Respaldar el proyecto de escuela pública y reaccionar para contrarrestar el discurso que desde el poder pretende “desarmar ideológica y moralmente al conjunto de la sociedad respecto a las demandas de una educación pública, gratuita y accesible para todos y todas en todos sus niveles, con el Estado como responsable y garante[4]. No es fácil contrarrestar la idea que subyace al discurso neoliberal de que la educación pública es ineficaz y, sobre todo, insostenible en tiempos de “crisis”.

Ante esta situación, las organizaciones de padres y madres, del profesorado, asociaciones por la escuela pública, coordinadoras, plataformas,… tanto a nivel nacional como autonómico, deben desarrollar actuaciones y campañas, a fin de sensibilizar y concienciar a todos los sectores de la comunidad educativa, de las trampas que subyacen a los recortes- reformas que la Administración Educativa pretende llevar a cabo. Hay que evitar creer que con la organización de unos cuantos actos de protesta, de concentraciones y manifestaciones en las que acuden unos pocos más de los habituales se va a conseguir la paralización de la degradación de la educación pública. “los peligros de estas plataformas y movimiento, como dice Viñao,[5] es la de seguir con el mismo discurso de defensa de la escuela pública de décadas anteriores como si el liberalismo educativo no hubiese introducido un discurso nuevo y que tira por tierra el modelo de escuela pública durante tantos años defendido. Discurso que ha calado en una buena parte de la sociedad y que se concreta en calidad educativa, libertad de elección de centro y control de los clientes o usuarios

La escuela pública se salvará mientras haya gobiernos que se sientan presionados por la opinión pública[6] o como dice Noemí Klein [7]“si queremos respuestas a esta crisis que nos dejen un mundo más justo mas saludable, mas pacifico tenemos que salir afuera y obligarlos a hacerlo. Este es el reto.

23 de abril de 2012
Ginés Martínez Cerón
Asociación Educación Pública Siglo XXI



[1] Noami Klein. La Doctrina del SOC. El auge del capitalismo del desastre
[2] Klein Noemí. La Doctrina del Shock. El auge del capitalismo del desastre.
[4] Colectivo Baltasar Gracián . (2012) ¿A dónde apuntan las reformas educativas del gobierno del PP? Recuperado el 10 de abril de 2012 en http://www.colectivobgracian.com/
[5] Viñao, A. (2012). El desmantelamiento del derecho a la educación: discursos y estrategias neoconservadoras. Recuperado el 9 de abril de 2012 en http://es.scribd.com/doc/88251368
[6] Gimeno Sacristán, J. Los retos de la educación pública. Cuadernos de Pedagogía, nº 248, pag 67.











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