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11 junio, 2013

¿SERÁ UN MOMENTO PRIVILEGIADO TRABAJAR POR LA CALIDAD EDUCATIVA DE LA PÚBLICA CUANDO LA LOMCE SE APRUEBE?

En este y sucesivos artículos se cuestiona que se puede hacer, desde la comunidad educativa, para no quedar como perdedores, ni derrotados de una lucha que ha movilizado a muchos ciudadanos y ciudadanas, por una serie de reivindicaciones que tenían como objetivo que la escuela pública no sufriera más degradaciones con los recortes y la reforma educativa

 Era difícil de creer que el ministro Sr. Wert hiciera oídos sordos, de una forma tan despreciativa, al grito de la ciudadanía pidiendo la retirada de la LOMCE. El Sr. Wert no ha querido consensuar, ni admitir propuestas y posibles enmiendas a la que será su Ley. Claro está, con la salvedad como todos sabemos, de introducir las peticiones de la Conferencia Episcopal. Única organización que ha conseguido modificar e introducir en el proyecto de reforma, lo que ha considerado beneficioso para sus intereses. Ahora, sin sorpresas en el trámite parlamentario, la LOMCE saldrá adelante, con algún retoque de maquillaje que para nada la alterará significativamente.

Una vez que se apruebe la LOMCE surge la pregunta ¿Qué hacer ahora desde la comunidad educativa? En principio, hay dos posibles alternativas. Una, retirarse, como se hizo cuando se aprobó la LOCE, a los cuarteles de invierno y a esperar hasta la próxima. Otra, no tirar por la borda la unidad que se ha conseguido entre profesorado y familias y canalizarla hacia la mejora de la calidad de la escuela pública. Porque la calidad de la pública no la va a deteriorar la LOMCE si la comunidad educativa se empeña.

La LOMCE, una vez aprobada, a pesar de ser una losa contra la educación pública, no puede dejar inactivos al profesorado, a las AMPAS, al alumnado como si el éxito de la escuela pública dependiera, en exclusiva, de esta reforma. Se trata de que todos y todas pensemos propuestas para que tanto el profesorado, como las familias, a pesar de la LOMCE, se siga, desde la unidad conseguida, batallando por la escuela pública que tanto se ha reivindicado en la calle y en múltiples foros.

Partimos de una realidad, en la reforma no se encuentra medidas que puedan solucionar los principales problemas que arrastra la educación española, desde hace años, como el fracaso escolar y el alto porcentaje de alumnado que abandona sin termina la educación básica y obligatoria. Sin embargo, si se encuentran medidas en la dirección opuesta.  Una de ellas es la de seleccionar a los mejores y apartar, lo antes posible, del tronco común de la educación básica y obligatoria, a través de itinerarios [1], al alumnado de bajo rendimiento y que como también sabemos proviene mayoritariamente, de familias desestructuradas, en situación de exclusión, de inmigrantes, en definitiva, de familias alejadas de la cultura académica. Porque no nos engañemos, la mayoría del alumnado que engrosa las filas del abandono y fracaso escolar provienen de contextos familiares y sociales vulnerable y con bajos niveles socioeconómicos. Es decir, entre las medidas inaceptables se encuentra la de agrupar al alumnado en diversos itinerarios de distinto valor académico.

La cuestión a platear es ¿que podemos hacer en y desde la comunidad educativa para no tirar por la borda la unidad conseguida en estos meses, de aunar esfuerzos, profesorado, familias y estudiante, en una reivindicación constante por una escuela pública de calidad? Partimos del hecho, de que en muchos IES e incluso en algunos centros de Primaria se agrupa al alumnado por niveles de rendimiento académico. Práctica que tiene su origen en que muchas personas creen que agrupando al alumnado en itinerarios o agrupaciones homogéneas de distinto valor educativo, como pretende la reforma, se resuelve el problema del aprendizaje del alumnado de bajo rendimiento. Prácticas que se apoyan en la creencia de que las agrupaciones heterogéneas, dificultan o impiden el aprendizaje de los buenos y retrasa aún más el del alumnado con dificultades de aprendizaje.

Si la comunidad educativa, ha luchado por la eliminación de los itinerarios de la reforma, porque se consideran exclusores e ineficaces para elevar el nivel académico del alumnado desaventajado. No habría razón para no hace lo mismo con la práctica de agrupar al alumnado por niveles de rendimiento académico. Ante esta práctica muy consolidada nos planteamos dos cuestiones. La primera, si agrupar al alumnado según rendimiento, en grupos homogéneos, consigue acelerar sus aprendizajes y lograr que terminen con éxito la ESO. La segunda, si dichas prácticas de agrupar al alumnado según rendimiento se apoyan en experiencias e investigaciones científicas de éxito que hayan demostrado que por ese camino se consigue al final, el éxito de todo el alumnado. En el caso que, la respuesta a ambas cuestiones, sea positiva solamente quedará aplaudir y fomentar dicha práctica. Porque se habrá demostrado que al separar y agrupar al alumnado de menos nivel se logra aumentar y acelerar los aprendizajes. En caso contrario, habrá que decir que dichas prácticas responden a creencias u ocurrencias que han pasado a formar parte de la cultura escolar o gramática de la escuela.

¿Algún profesor, familia, AMPA conoce algún centro educativo que a través de dichas prácticas de segregar al alumnado de bajo rendimiento, en agrupaciones homogéneas, se haya conseguido acelerar sus aprendizajes? ¿Algún profesor, familia, AMPA conoce alguna investigación científicas avaladas por la comunidad educativa internacional que fundamenten dichas prácticas? Si no se conocen resultados exitosos con dichas prácticas. ¿Por qué se siguen aplicando dichas prácticas? Si en los IES y colegios que conocemos no se consigue la equidad y el éxito académico, con dichas prácticas, ¿ por qué se siguen haciendo sin el más mínimo cuestionamiento?

Sin embargo, si que existen actuaciones de éxito e investigaciones que nos muestras que, en las agrupaciones de menor nivel académico, la enseñanza es de peor calidad que la de los grupos de alto rendimiento [3] Si además, el alumnado que forma dichos grupos pertenece a colectivos vulnerable y con bajos niveles socioeconómicos, la exigencia académica será mucho más baja. Por tanto, si esto es así, habrá que concluir que el objetivo de dichas prácticas exclusora será otro muy distinto, pero no el de conseguir el éxito académicos de “todo el alumnado” mejorando y acelerando los aprendizajes para lograr que el alumnado de menor nivel académico terminar la ESO.

¿Qué se puede hacer? En primer lugar, dar a conocer a la comunidad educativa la existencia de experiencias de éxito, en centros que demuestran la ineficacia de que las agrupaciones heterogéneas del alumnado logran avances significativos, en los aprendizajes del alumnado considerado de menor nivel. En segundo lugar, Difundir la existencia de investigaciones educativas internacionales, entre las que ocupa un lugar destacado el proyecto INCLUD-ED y cuyos resultados de una forma resumida están recogidos en el documento” actuaciones de éxito en las escuelas europeas[4]donde se puede comprobar, entre otras cosas, los tipo de agrupamientos investigados y sus resultados en el aprendizaje. En dicho documento, se pone de manifiesto como los “los agrupamientos homogéneos resultan perjudiciales para el alumnado con menor rendimiento, dado que en los grupos de nivel bajo las oportunidades de aprendizaje son de menor calidad” Los grupos con inferiores niveles de aprendizaje tienden a pasar más tiempo realizando tareas no relacionadas directamente con la instrucción, tienen menos oportunidades de escoger materiales de lectura y se les anima menos a desarrollar el pensamiento crítico.

En general, el alumnado que integra los grupos con menor nivel de rendimiento se enfrenta a una cantidad sustancialmente inferior de contenido, recibe una instrucción de menor calidad y se espera que alcance un nivel menor en el desarrollo de las competencias básicas en comparación con el alumnado situado en los grupos medios o altos. Asimismo, el ritmo de instrucción al que se somete a los grupos de nivel inferior es más lento”.

Un ejemplo muy clarificador se encuentra en un estudio dirigido por Oakes[5] realizado en veinticinco escuelas. En dicho estudio se aprecian, entre otras cosas, la diferencia de las respuestas dadas por el alumnado y profesorado en función del itinerario al que perteneciera el grupo. Una de las preguntas era: ¿Qué es lo más importante que has aprendido en esta clase? Entre los estudiantes de los grupos avanzados se obtenían respuestas del siguiente tenor: “He aprendido a analizar historias que he leído”, “estoy desarrollando una mentalidad abierta”, “he aprendido a hacer experimentos”. Entre los alumnos de los grupos menos aplicados las respuestas eran de este tipo: “Me he dedicado a inflar globos luminosos”; “no he aprendido nada, solo los números romanos”; “he aprendido que el inglés es aburrido”.

Por tanto, si la práctica existente en determinados centros educativos de agrupar al alumnado, según su rendimiento académicos, no da los resultados de una mejora significativa de los aprendizajes. Si además, dichas prácticas no están avaladas por ninguna investigación científica.  Si por contra, existen evidencias a nivel europeo de que dichas agrupaciones homogéneas resultan perjudiciales para el alumnado con menor rendimiento, dado que en los grupos de nivel bajo las oportunidades de aprendizaje son de menor calidad. ¿Qué impide  dejar y abandonar lo que no funciona y sustituirlo por lo que si funciona?

Más arriba nos preguntábamos ¿que podemos hacer en y desde la comunidad educativa para no tirar por la borda la unidad conseguida en estos meses, de aunar esfuerzos, profesorado, familias y estudiante, en una reivindicación constante por una escuela pública de calidad? Pues bien, he aquí una tarea, de otras muchas que,seguro, irán sugiriendo desde la comunidad educativa.

Se trata de demostrar, que la unidad y la fuerza que la comunidad educativa ha adquirido, a través de las luchas contra los recortes y la LOMCE, no caerán en saco roto, sino que seguirá fortaleciéndose más y más a pesar de la LOMCE. La Escuela Pública “de todo” el alumnado y también del perteneciente a contextos familiares y sociales vulnerable y con bajos niveles socioeconómicos, tiene la obligación, no solamente de admitirlos y mantenerlos hasta los 16 años, sino de conseguir acelerar sus aprendizajes, en vez de compensarlos para que puedan terminar los estudios básicos con éxito. Y esto, no es una utopía, sino una realidad que existe.

Quizás sea este un momento privilegiado, para trabajar por la calidad educativa de la Escuela Pública. Lo que supone dejar de aplicar lo que no funciona y aplicar aquellas actuaciones educativas de éxito avaladas por la comunidad educativa internacional.  Se trata de que el profesorado se pregunte ¿en que investigaciones científicas avaladas por los resultados se fundamenta lo que se hace en el aula? Las AMPAS y las familias deben de exigir que las actuaciones educativas y agrupaciones que se le aplican a sus hijos e hijas estén fundamentadas y avaladas por las investigaciones científicas y los equipos directivos, deberían de poner entre dicho aquellas prácticas que no dan los resultado de lograr reducir el fracaso escolar progresivamente hasta erradicarlo e impulsar en la comunidad educativa, las actuaciones que si demuestran que si lo consiguen.


11 de junio de 2013
Ginés Martínez Cerón
Presidente de la Asociación Educación Pública Siglo XXI

Próximo artículo: LOS ITINERARIOS IGUAL A  CONJUNTO VACÍO





[2] De acuerdo con la definición establecida por la Comisión Europea, el agrupamiento
homogéneo (streaming) consiste en “adaptar el currículo a distintos grupos de alumnos y alumnas, de acuerdo con su rendimiento, dentro de un mismo centro escolar”.
[3] Así se denominan los grupos que agrupaba al alumnado considerado de buen nivel. En el IES donde ha cursado los estudios mi hijo. Además, era una opción a elegir por los padres al matricular a sus hijos e hijas y que tenían que firmar.
[5] Jeannie Oakes, Keeping Track. How Schools Structure InequalityNew Haven, YaleUniversity Press, 1985. de los itineraries en la ESO Feito 




3 comentarios:

  1. Mi pequeña propuesta es fácil de llevar a cabo.
    Somos conscientes que la Enseñanza Pública está siendo minada.
    En Murcia desde hace unos años se conmemora en la pérgola de S. Basilio el día por la Educación Pública, no dudo de los logros conseguidos pero este acto queda marginado a unos pocos y con poca difusión regional.

    PROPUESTA: Al objeto de realzar el sentir popular y reconocer el valor que tiene el formar a nuestros hijos en la Enseñanza Pública, propongo que el día de Sto. Tomás de Aquino o S. José de Calasanz pase a denominarse FIESTA DE LA ENSEÑANZA PÚBLICA haciendo campaña para ello AMPAS- Consejos Escolares - Claustros hasta conseguir que la Consejería proponga ese día y lo lleve al BORM para que en toda la Comunidad de Murcia se conmemore y reivindique la Educación Pública.

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  2. ¿Por qué los IES han llegado al tipo de agrupamiento que tanto repudia el Sr. Martínez Cerón? ¿No será que llegados al índice alarmante de fracaso y abandono escolar de nuestros alumnos, nuestro sistema educativo actual hace "aguas" por doquier? y... ¿algo habrá que hacer, no? O seguimos mareando la perdiz, y persistimos en la idea , de que nuestra escuela pública es maravillosa, porque en vez de mirar por arriba, iguala por abajo, no es necesario esforzarse para nada, ¿para qué?...y lo triste de todo es que se sigue apostando por unas leyes elaboradas desde una opción política única y que tampoco contaron con el consenso que tanto se demanda a la ley Wert. Dejémonos ya de tanto fariseismo, y reconozcamos la realidad educativa de este país. Las leyes educativas socialistas -las únicas que han entrado en vigor en nuestro periodo democrático- han resultado ser una auténtico fracaso. ¿Por qué no asumirlo? y ... ¿Qué hacer? ¿Seguimos con los tópicos y sloganes de siempre: ¡esta "derechona" que solo protege los intereses de la Conferencia Episcopal, se quiere cargar la escuela pública!
    Fui alumno de una escuela pública, cursé los estudios de bachillerato en un instituto público, hice la carrera en una Escuela Normal y... soy maestro de la escuela pública (30 años de servicios a mis espaldas). He defendido a ultranza la educación pública allí donde he estado y he sido coherente con estos principios en lo que concierne a la educación de mis hijos. Pero, llegados adonde hemos llegado, estoy plenamente convencido de que se necesita una reforma educativa, con unos objetivos claros y contundentes. No sé si la ley Wert será la solución, si los itinerarios que propone -y que tanto critica el Sr. Cerón- responderán a las expectativas planteadas, si los agrupamientos homogéneos que pretende, son tan "nocivos" para nuestros alumnos...
    No defiendo la ley Wert, y tampoco me rasgo las vestiduras por ella, pero si conozco ,y de primera mano, a donde nos han conducido la LOGSE y la LOE. ¿Las conocéis, compañeros/as del AMPA?
    Soy miembro del AMPA, he creído y ha participado en todos los procesos de elección de este órgano, pero estoy hasta los cojones, y perdón por la expresión, de esta izquierda tan hipócrita que invocando la defensa de la escuela pública, toma la calle cada vez que se intenta solucionar un desaguisado, que a la postre han generado ellos. ¡SEAMOS SERIOS, POR FAVOR!

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    1. La seriedad no es patrimonio de la derecha; y hay personas que también estamos hasta las narices de las simplificaciones consistentes en repetir como un mantra que el problema de la escuela pública son las leyes socialistas ; a mi subjetivamente el Ministro Gabilondo me parecía una persona más seria que el actual Ministro, ya que estuvo a punto de conseguir una buena ley para toda la comunidad educativa, algo que no fue posible por el boicot que le hizo un sector ideológico de derechas, arguyendo RAZONES HIPOCRITAS, o faIsas ,como se quieran denominar, ya que la razón de ese boicot parece que se debió más a la expectativa o la avaricia de imponer una ley como la lomce, totalmente favorable a los intereses de un sector de la sociedad, en cuanto ganara las elecciones el partido popular; señor profesor ¿sabe usted las propuestas concretas que provocaron la falta de firma de la anterior reforma educativa? - reforma que si hubiera dado más estabilidad al sistema a diferencia de la actual- ; una última cuestión, en este pais se reducen muchos problemas a las leyes, pero en esta materia parece que falta también un marco que permita tener un profesorado reconocido, comprometido y con un nivel profesional elevado, algo que no se da, como en todas las profesiones, en un porcentaje que aunque sea minoritario no es el deseable.

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