La
voz de la comunidad educativa, no puede ser otra vez ninguneada e ignorada, por
ningún partido político que llegue al poder.
La
comunidad educativa está abocada a una reforma elaborada a sus espaldas. Por primera vez, nos encontramos ante un hecho insólito y grave, un
proyecto de reforma, que se ha gestado de una forma unilateral, ya que se ha
ignorado a la comunidad educativa: professorado, madres y padres y agentes
educativos verdaderos protagonistas de la educación. Así pues, nos
encontramos ante una ley impuesta desde el poder, más propia de una dictadura que
de una democracia.
Por otra parte, nos hemos
acostumbrado a que cada cambio de gobierno nos traiga una nueva reforma. “Se decía ya, a finales del
siglo XIX, que no había ministro que se tuviese por tal que no hubiese
redactado su propia reforma educacional[1]”.Con cada Gobierno de un signo político u
otro se han introducido reformas, a veces, con la finalidad de adecuarlas a su ideología política. Así, nos encontramos que la LOMCE será la
séptima ley educativa[2] y
tres de ellas han acometido reformas educativas LOGSE, LOCE Y LOE. Cada reforma, también
estamos acostumbrados, pone patas
arriba lo que con la ley anterior había quedado patas abajo.
INCONVENIENTES DE LOS CAMBIOS LEGISLATIVOS
El primero, introduce un grado
de inestabilidad en el sistema educativo que
impide que, cualquier reforma, pueda dar sus frutos. La experiencia de los
países con sistemas educativos más estables demuestran que una reforma necesita
tiempo para dar sus frutos.
El segundo, la
instrumentalización por parte de los partidos políticos, lo que imposibilita abordar los verdaderos problemas de la educación. ¿Acaso es necesario para mejorar
la educación que la LOMCE potencie por ejemplo, la
enseñanza concertada, introduzca la alternativa
a la religión como una asignatura obligatoria y evaluable, reduzca las
competencias del consejo escolar, elimine sus funciones decisorias o blinde los
conciertos con los centros que segregan por sexo
etc.? Ejemplos que demuestran que el objetivo de los reformadores no es
precisamente solucionar los problemas educativos. Por eso, es cada vez más
difícil entender lo que quiere decir el texto de la reforma cuando dice: “La reforma pretende hacer frente a los principales
problemas detectados en el sistema educativo español las elevadas tasas de abandono
temprano de la educación y la formación, y el reducido número de estudiantes
que alcanza la excelencia” ¿Acaso eliminar las competencias decisorias del
consejo escolar, recuperar la alternativa a la
religión, entran dentro de los
principales problemas que los reformadores han detectado en el sistema
educativo español?. Estos aspectos y otros muchos que introduce la LOMCE tienen una función
muy distinta de mejorar la educación. No es necesario reflexionar mucho para
ver que estos elementos solo sirven para introducir un marcado sesgo de carácter ideológico
partidista. Alguien ¿Quién puede creerse que para
eliminar el fracaso y abandono escolar, verdaderos problemas sea necesario
introducir esas reformas?
CAMBIOS QUE NO APORTAN MEJORAS EDUCATIVAS E IGNORAN LOS VERDADEROS PROBLEMAS
Además, de los cambios ideológicos se encuentran otros que aunque no
sean ideológicos, no aportan nada para la mejora de los problemas educativos.
¿Qué mejoras se aporta a la educación Primaria el eliminar la materia de
Conocimiento del Medio y
recuperar las antiguas Ciencias Sociales y Ciencias Naturales? ¿A qué responden
estos cambios a un capricho, a una ocurrencia…?
Si se le pidiera a cualquier familia, equipo
de directivo y claustro, que listara los principales problemas que tiene la
educación, seguro que en un altísimo porcentaje anotaría como tales, El problema del
fracaso escolar, el alto porcentaje de alumnado que no termina la educación
básica, el gran número de repeticiones, los problemas que genera la diversidad
del aula, la formación del profesorado, entre otros. Y ello, simplemente como
consecuencia de que son los problemas reales que se
viven en el día a día de la escuela y el instituto.
Sin
embargo, ninguno de estos problemas figura en el proyecto de reforma. En
consecuencia, tampoco medidas para erradicar el vergonzoso problema del
fracaso, ni reducir las repeticiones a porcentajes asumibles, ni tampoco
medidas para posibilitar una gestión eficaz del aula, ni para lograr la eficacia en la
aplicación de los programas de apoyo y refuerzo, ni para cambiar la inmutabilidad de un tiempo fijo e inmóvil que dificulta el
aprendizaje de todo el alumnado, ni
medidas para convertir los centros guetos de determinados barrios en centros
normales, ni para una autonomía de centros democrática con participación de la
comunidad escolar, ni para la formación que necesita el profesorado, ni para
dar respuesta satisfactoria al alumnado
que con grandes diferencias y desigualdades sociales y culturales llega a
las aulas, ni en definitiva para salir de un sistema
educativo antiguo más, propio de la era industrial que de la sociedad de la
información.
Mientras, el sistema
educativo siga teniendo alguno de los problemas anteriores es necesario una reforma educativa. Pero, claro está, una reforma
que no se vaya por las ramas buscando los intereses particulares del partido
reformador. La experiencia de reformas anteriores y sobre todo de esta que está
en curso ha colmado el vaso. Las
familias, el profesorado y agentes
sociales no podemos seguir engañándonos por más
tiempo ante una reforma cuya finalidad no es precisamente, terminar
con los problemas de una escuela que en pleno siglo XXI sigue expulsando a más
de un 30% de su alumnado, sin terminar la educación básica. La
preocupación de la reforma no es la que se podía esperar. La pregunta no puede
ser más simple ¿ Para qué sirve una reforma que no se plantee ir a la raíz de los
problemas del sistema educativo?
RECUPERAR LA VOZ DE LA COMUNIDAD EDUCATIVA
Quizás
en un momento como el actual, en el que es un clamor la regeneración de la vida democrática de este
país, sea el momento de considerar y
tomar conciencia que la educación pública es patrimonio de los ciudadanos y
ciudadanas. “[3]Hora es ya de que, como sucede en la mayor
parte de los países europeos, la escuela
pública sea patrimonio de todos, de la derecha y de la izquierda, del
Estado y de las comunidades autónomas. Pero no sólo de ellos. También de los
actores sociales, especialmente los sindicatos y asociaciones docentes, y de la
comunidad escolar. Y también de los movimientos sociales, las fundaciones, las
cooperativas y las asociaciones que en el ámbito de lo privado pueden
construir, incluso con más libertad, un modelo de escuela privada con vocación
pública. Sólo así podremos responder al
formidable reto de un futuro -el futuro es siempre problemático- que está ya
ante nosotros, cargado, si cabe, de mayores riesgos que nunca”.
En este contexto, de la regeneración “de la
vida democrática,” un aspecto esencial es que la comunidad educativa y la sociedad recuperen la educación como
patrimonio, que es, de la ciudadanía. La comunidad educativa en su
conjunto, tiene el reto de conseguir que
la educación de este país sea pensada y diseñada, no por los intereses y
ocurrencias de cada partido político que llega al poder sino, por el conjunto
de la comunidad educativa. El
profesorado tiene que participar como protagonista en el diseño de las
líneas educativas, las AMPAS como
representantes de las familias tienen que participar diseñando en la educación
que necesitan para sus hijos. La voz de
la comunidad educativa, no puede ser
otra vez ninguneada e ignorada, por
ningún partido político que llegue al poder.
Ha llegado la hora, de decir ¡basta! a esta
razón sin razón y no permitir más que ningún partidos político, cuando llega al
poder, juegue con la educación de los niños y adolescentes de este país,
adaptando las reformas a su intereses ideológicos. No más reformas de espaldas
a la comunidad educativa.
Todas las personas y organizaciones
representativas e implicadas en la comunidad educativa tenemos una primera
tarea, de gran envergadura, la de transmitir
y difundir este mensaje a nuestros compañeros y compañeras, a nuestros
amigos y amigas, a nuestros vecinos y vecinas y familiares. Tomar conciencia de
que la educación, no es patrimonio de
ningún partido político, sino de la comunidad educativa. En cada comunidad
autónoma, en cada localidad es preciso trabajar para que se interiorice este
mensaje como preludio de la formación de un frente, una plataforma que aglutine
a la ciudadanía que entienda que la educación es patrimonio del pueblo.
Este paso es esencial para que
posteriormente se logre un frente o plataforma a nivel nacional que consiga que
la próxima ley educativa se haga en
consenso y con la participación no solo de los partidos politos, sino de
los movimientos sociales, sindicatos, asociaciones de docentes, asociaciones de
madres y padre, de la comunidad educativa y un largo etc.
27
de febrero de 2013
Ginés
Martínez Cerón
[1] Prats J. (2005) Los sistemas
educativos europeos ¿Crisis o transformación? Fundación “La Caixa”
[2] LODE de 1985 que incorporó el sistema de colegios concertados,
LOGSE En 1990, que amplió la escolaridad obligatoria a los 16 años, LOPEG Cuando la LOGSE terminó de implantarse en todos los niveles y en todo el
territorio nacional, se aprobó, en 1995, la Ley Orgánica de Participación
Evaluación y Gobierno de los Centros Docentes, LOPEG conocida como 'Ley
Pertierra'; una ley sobre gestión y gobierno de los centros.
[3] ¿Por qué es importante (y
necesaria) la escuela pública? Manuel de Puelles. Nº 111 Revista
PadreMadres.http://foroeducacionpublica.blogspot.com.es/2011/12/por-que-es-importante-y-necesaria-la.html
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