La narración es y ha sido la forma de comunicación del ser humano, a lo largo de la
historial en las diferentes culturas. Las
personas usamos la narrativa para comunicar las experiencias, los
hechos, las vivencias, nuestra historia familiar, personal y profesional...Sin
embargo, ni en el ejercicio de la profesión docente, ni en la formación del
profesorado, generalmente, son poco utilizadas.
Narrar historias de nuestras experiencias,
vividas en la enseñanza de la lectura, a lo largo de la profesión docente es
hablar de la evolución de nuestras concepciones lectoras, de cómo enseñamos a
comprender, de cómo nos afecta el fracaso lector de la escuela pública, de
nuestras preocupaciones por aportar alguna solución al fracaso lector. Narrar
nuestra historia es el mejor camino para replantearnos cualquier cambio en la
forma de enseñar a leer. En definitiva, contar una historia es “hablar de
nosotros mismos”, de nuestra historia de aprendizaje, constituye una fuente de
construcción de conocimiento práctico (Bolívar, Domingo y Fernández, 2001). Pero además, no solo nos
sirve para construir conocimiento sino también, como afirmaba Ortega y Gasset:
Para comprender algo humano, personal o colectivo, es preciso contar una
historia.
Contar historias que hemos vivido a lo largo de los años
de docencia es algo que, generalmente, no se práctica. Sin embargo, es una
evidencia que, la narración, de nuestra prácticas docentes, en este caso, las relacionadas con la enseñanza de la
lectura y su aprendizaje nos permitirán cuestionarnos e interrogarnos sobre
los resultados de su aprendizaje.
Nos ayudarán a entender, porque hay un segmento tan abultado den niños y niñas
que terminan la escolaridad, sin la comprensión lectora adecuada. A través de
narrar tantas y tantas historias que, hemos vivido con esos niños y niñas, que
han acabado la escolaridad sin una adecuada comprensión. En la medida que
compartamos nuestras historias de enseñanza-aprendizaje de la lectura iremos
encontrando respuesta a tantas y tantas preguntas sobre el porque la Escuela
Pública no consigue que el cien por cien de su alumnado no consiga el éxito
lector. ¿El problema de la comprensión lectora está vinculado a un tipo de
niños y niñas determinado: inmigración, pobreza, …?, ¿Por qué no todos los
niños y niñas que han transitado y transitan por mi aula no logran el éxito
lector? ¿Qué porcentaje de alumnado no alcanzan la adecuada comprensión lectora
en mi aula? ¿El problema lector es causal o coyuntural? ¿Cuál puede ser la
causa de que entre un 25 a un 30 % del alumnado termine la obligatoria sin
comprender lo que lee. ?.¿ Tendrá algo que ver el tipo de prácticas lectoras
que se utiliza? .
Pues bien, Al relatar las múltiples historias que hemos
vivido irán aflorando una diversidad de recuerdos, unos cercanos, otros lejanos
y casi olvidados. Emergerá, ese laberinto de caminos por los que hemos
circulado, desde el inicio de la profesión docente y que, en no pocas
ocasiones, se entrecruzarán con otros caminos que también han formado parte de
nuestra vida, aunque ajenos a la docencia y es que, no siempre, es fácil
separar lo vivido profesionalmente de lo vivido simplemente como persona por la
incidencia que tiene una sobre la otra.
En la medida que avance la narración de nuestra
historia, iremos conectando acciones, escenarios, personajes y problemas
vividos en la enseñanza de la lectura. Irá emergiendo nuestra
identidad de docente que fuimos construyendo, a lo largo de las diversas etapas
por las que ha transcurrido nuestra docencia y que
incidieron en la construcción inacabada de nuestra manera de ser y hacer de
maestro y maestra y de enseñar de una determinada manera la lectura, en las
diversos momentos de nuestra vida profesional. Es a través de nuestras propias
narraciones como afirma (Bruner,1997,p127) como principalmente construimos la
versión de nosotros mismos en el mundo.
Ahora bien, al no ser estática nuestra
identidad docente, siempre está abierta a una evolución permanente a través de
nuestra narración. Ya que como dice Ricouer ( 1966:147) El relato construye la
identidad del personaje” y edifica “palabra a palabra” a la persona que lo
escribe, ya que permite fundir en una unidad de sentido la narrativa, la
memoria y la experiencia.
¿Qué relación tiene el narrar mi historia, mi identidad
profesional con el fracaso ó éxito lector del alumnado de mi aula? ¿Qué tendrá
que ver el relatar mi propia historia desde la perspectiva de docente que,
durante una serie de años, ha enseñado a leer a niños y niñas de diversas
edades y contextos sociales con la mejora lectora del alumnado que tutorizo ?.
Al narrar mi historia, aflora la diversidad de
experiencias vividas sobre la enseñanza de la lectura con cada grupo de niños y
niñas, en cada una de las escuelas por las que he pasado, se avivan recuerdos
de mis éxito y fracasos con cada niño y niña que ha pasado por mi aula, se
rememora la convivencia con distintos grupos de compañeros y compañeras, se
evocan lecturas de libros y artículos sobre la enseñanza de la lectura, vienen
a la memoria cursos y seminarios en los que se participado, a lo largo de la
vida profesional. Entramado de acciones que no es baladí, ya que sin lugar a
dudas, ha tenido una gran
incidencia en la configuración de mi identidad como profesor y profesora y en
consecuencia, en la manera de concebir
y practicar la enseñanza de la lectura.
Narrar una historia formada por un mosaico de historias
entrecruzadas sobre la evolución que hemos experimentado en la trayectoria
docente, de la enseñanza de la lectura, es un referente para reflexionar sobre
el proceso evolutivo que, en nuestra
práctica educativa, ha tenido la enseñanza de la lectura. Historias que
al compartirlas y contrastarlas con las de otros compañeros y compañeras,
permitirán conversar y profundizar sobre las distintas formas de enseñar a leer
que hemos utilizado en las aulas. A través del diálogo, se irá dotando de
sentido a los interrogantes que cada persona participante se ha planteado y se
sigue planteando sobre los problemas que originan el fracaso lector. A través
de la interacción dialógica compartiremos
la narración y, como dice ( Martos Ortega 2013) “aprenderemos y comprenderemos
nuestra historia de aprendizaje a la luz de los relatos de otros,” e iremos
aprendiendo a dar solución a los problemas lectores que nos han impedido lograr
el éxito lector de nuestro alumnado. Pues aprender,
como dice, F Hernández, es construir una
narración, una historia para ser compartida. Desde esta perspectiva de
transformación de las prácticas lectoras se irá remodelando nuestra identidad
docente al replantearse nuevas formas de ser y hacer.
Ante estos hechos se me
ocurren dos preguntas: ¿Qué significa hoy en día enseñar a leer ?, ¿Qué ha cambiado en
la enseñanza aprendizaje de la lectura con respecto a años atrás?
Algunas
pistas que pueden servir de indicadores para estructurar el relato.
¿Cuál
era la forma de enseñar la lectura en el inicio de mi docencia? ¿ En la
actualidad ha cambiado o sigue siendo la misma? Si ha cambiado en qué ? ¿A lo
largo de mi trayectoria profesional que problemáticas relacionadas con el
aprendizaje lector me han preocupado más y/o me siguen preocupando? ¿podría
ligar la enseñanza de la lectura que he desarrollado con determinadas
concepciones lectoras? ¿He recurrido en algún momento de mi trayectoria profesional a artículos y libros sobre como enseñar a leer? ¿Si
fue así. en que medida supuso un cambio en la forma de enseñar a leer? ¿Hay
alguna experiencias vital que me haya emocionado?, ¿
Dónde y cómo me he formado para desarrollar una enseñanza lectora eficaz? ¿ Dónde radica el
problema para que haya tantos niños y niñas que terminal la primaria sin la
competencia lectora adecuada?
Ginés Martínez Cerón
Enero 2017
Fuentes bibliografía
BARTHES, R. (1970). Introducción al análisis estructural de los
relatos, en R. BARTHES, Análisis estructural del relato. Buenos Aires: Tiempo contemporáneo.
BOLIVAR, A., DOMINGO, J. y FERNÁNDEZ, M. (2001). La
investigación biográfico-narrativa en educación. Enfoque y metodología. Madrid: La Muralla.
BOLIVAR, A. (2002). “¿De
nobis ipsis silemus?”: Epistemología de la investigación biográfico-narrativa
en educación. Revista
Electrónica de Investigación Educativa, Vol. 4, nº 1.
BRUNER J. 1997. La educación puerta de la cultura, Madrid. Visor
MARTOS ORTEGA J. M. Contar
la vida, narrar nuestra historia de aprendizaje. http://vocesdeaprendizaje.org/
RICOEUR, P. (1996). Sí mismo como otro. Madrid: Siglo X
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