sobreviva a
la educación reglada.
Albert Einstein
Una de las primeras frases que
aprendemos de niños, dice MANGUEL (2015) es ¿por qué?. En parte porque queremos
saber algo sobre este misterioso mundo…en parte porque queremos entender cómo
funcionan las cosas en este mundo, y en parte porque sentimos la necesidad
ancestral de relacionarnos con otros habitantes de este mundo,
apenas dejamos atrás nuestros primeros balbuceos y arrullos empezamos a preguntar ¿por qué? Y nunca dejamos de hacerlo. La pregunta es inherente al ser humano a lo largo de su vida y a través de ella accedemos al diálogo y a la conversación con el mundo y con nosotros mismos para comprenderlo y comprendernos. Porque la conversación,L WAGENSBERS (2007) es el proceso que nos lleva de la mano hasta el instante previo a la comprensión. En el esquema conceptual de la pregunta y respuestas, el gozo por conversación ocurre cada vez que se vislumbra la posibilidad de una nueva pregunta o una nueva respuesta.
apenas dejamos atrás nuestros primeros balbuceos y arrullos empezamos a preguntar ¿por qué? Y nunca dejamos de hacerlo. La pregunta es inherente al ser humano a lo largo de su vida y a través de ella accedemos al diálogo y a la conversación con el mundo y con nosotros mismos para comprenderlo y comprendernos. Porque la conversación,L WAGENSBERS (2007) es el proceso que nos lleva de la mano hasta el instante previo a la comprensión. En el esquema conceptual de la pregunta y respuestas, el gozo por conversación ocurre cada vez que se vislumbra la posibilidad de una nueva pregunta o una nueva respuesta.
Los niños y las niñas, desde que empiezan a hablar,
incorporan a su lenguaje la pregunta. Preguntas que bombardearán,
constantemente, a las personas que conviven con ellos y ellas y, cuyo objetivo
es conocer y aprender qué son y como son las cosas que les rodea. Preguntas que responden a la curiosidad
innata con la que nace el ser humano. Curiosidad que
se convierte en el motor que impulsa y mantiene el interés del niño y niña para
aprender y desarrollar su pensamiento a través de sus incesantes preguntas. Sin
embargo, ¿Cuántas veces las madres y los padres, quizás de una
forma inconsciente, van frenando la curiosidad de sus hijos e hijas. ¿Quién no
reconoce una situación similar a la siguiente?
María de cinco años, al salir a la
terraza de casa encuentra un caracol en una de las plantas de las macetas que
la adornan.
- Mamá, mamá, ¡ Mira, ¡un caracol !
- Vale
- ¡Mamá ¡ ¿por qué deja baba al
andar?
La madre que esta terminando de
recoger la ropa, sin contestarle, le dice, ¡venga! Deja eso y vamos a la cocina que tienes que merendar.
Es evidente que una tras otra,
actuaciones de este tipo irán mermando paulatinamente su curiosidad.
No obstante, también se encuentran
situaciones en las que las madres,
al contrario que en el primer caso, estimulan en su hijo e hija la curiosidad,
el deseo de experimentar y aprender.
James de cinco años entra en la cocina justo cuando su
madres está sacando unos pasteles del horno. Se oye un fuerte chasquido
metálico.
James:¿Qué ha sido eso?
Madre: Será que la lata se ha
encogido
James. ¿qué lata?
Madre: la que tienen los pastelillos
James: Y ¿ Por qué hace ese ruido?
Madre: Porque, cuando estaba en el
horno, se ha calentado mucho y se ha hecho un poco más grande, ahora la acabo
de sacar del horno y se enfría muy de prisa, ¿ves?, y el ruido se oye cuando
vuelve a hacerse más pequeña y vuelves a tener la forma de antes.
James:! Oh ! ¿y en el horno tenía una
forma distinta?
Madre: Muy
distinta no. Solo un poco más grande
James: Lata mala más que mal, si lo
vuelves a hacerlo te voy a dar.
(Wells,
en indagación dialógica)
La curiosidad, del niño y la
niña, para seguir creciendo necesita
respuesta a sus preguntas. Por eso, no se cansan de preguntar y preguntar
en cualquier lugar y momento.
Quieren saber como son las cosas que van descubriendo, como funcionan,
cual es su origen, para que sirven, en definitiva, quieren conocer y comprender el mundo que les ha tocado
vivir. Las preguntas son el único camino que conduce al aprendizaje ya que como
afirma WELLS (2001) “El aprendizaje se basa en el planteamiento de preguntas en
colaboración con los demás para, encontrar respuestas e intentar
comprenderlas”. Pero además, las preguntas son el vehículo de interacción con
las personas que les rodean para, establecer relaciones, construir su propia
opinión y desvelar los enigmas que van encontrado en su caminar. Por eso, es difícil entender como las
personas adultas, en general, como se ha visto en el ejemplo, ¡Mamá ¿por qué deja baba el caracol al andar?, rehuyen las preguntas, en vez de
alimentarlas y fomentarlas para propiciar
el aprendizaje.
Resulta difícil imaginarse hasta
donde podrían llegar los niños y niñas en su crecimiento, si no se taponara su
curiosidad y encontraran libre el camino de encontrar respuestas a sus
interrogantes. Pero, la realidad nos enseña que esa curiosidad innata tiene
fecha de caducidad. Puesto que, como manifiesta MANGUEL (2015) muy pronto
descubrimos que la curiosidad pocas
veces es recompensada con respuestas
significativas y satisfactorias, sino más bien con un deseo cada vez mayor
de formular nuevas preguntas, y con el placer de dialogar con otros.
¿POR QUÉ UN DÍA LOS NIÑOS Y
NIÑAS DEJAN DE HACER PREGUNTAS?
¿Qué ha ocurrido
para que dejen de hacer preguntas? Que
han empezado a ir a la escuela y uno no puede salirse del guión, ha de limitarse a aprender a contestar lo
que luego el profesor y la profesora le va a preguntar. Nadie, podría pensar a primera vista que “ la escuela”, institución
creada para aprender, sea en gran medida la responsable de contribuir a apagar
la fuente inagotable de la curiosidad.
Y ¡ claro! sin curiosidad no existe interés, ni
motivación elementos necesarios para el aprendizaje. Lo que parece un
contrasentido ya que es precisamente la escuela la que debería cultivar y
potenciar la curiosidad y con ello las preguntas. Sin embargo, la escuela tradicional sigue aún, como dice PEREZ GOMEZ
( 2012) realizando fundamentalmente actividades de escuchar, estudiar para
retener y responder preguntas en pruebas de evaluación. ¿Cómo extrañarse del porcentaje de
alumnado que conforme avanza su escolaridad se desconectan de la escuela?
Desconexión que tiene su origen en el tipo de actividades que se les “impone”
al convertirse en tareas puramente escolares, sin sentido y repercusión en su
crecimiento personal.
Además, si el aprendizaje
se basa en el planteamiento de preguntas en colaboración con los demás para,
encontrar respuestas e intentar comprenderlas”. En la medida que los niños y
niñas poco a poco vayan perdiendo esa capacidad innata
de preguntarse y preguntar, como han demostrado diversos estudios e informes (SBERT, 1996; PÉREZ
GÓMEZ,2013;MELÉNDEZ JUAN,
2013; TAPIA DE VERGEL, C. Y ÁVILA
GARCÍA, D., 2003; FREIRE, P. ,2002 ) su interés, motivación, ganas de estudiar,
ilusión por ir a clase van poco a poco desapareciendo. Los niños y niñas en la medidas que
avanzan de curso van asimilando la idea de que lo realmente importante son las
respuestas, y que las preguntas son sólo propias de quien no sabe. Lo que va
apagando esas ganas innatas de
preguntar que aviva el deseo de saber. La consecuencia no pueden ser mas funestas: abandono del interés, la motivación, la
curiosidad, por la indagación de todo lo que les sorprende en el
contexto en el que se desarrollan al ser sustituida por las respuestas y, como dice, SBERT, “el mundo que era un gran
interrogante se convierte en un inmenso almacén de respuestas que los adultos
ya se encargarán de administrar cuando sea conveniente”.
¿POR QUÉ EL MODELO TRADICIONAL LES DESCONECTA EMOCIONALMENTE DE LA
ESCUELA?
Posiblemente, un alto
porcentaje del profesorado y de madres y padres crean que este modelo
educativo, heredado de la sociedad industrial, siga siendo también válido en
la sociedad de la información y la comunicación. Quizás, una de las razones pueda deberse, a ser el modelo
pedagógico que han vivido a lo largo de su vida y no hayan tenido la
oportunidad de conocer otros, en consonancia con las exigencias educativas de
la sociedad actual. Lo que, sin
lugar a dudas, dificulta el imaginar y plantear el cambio a otro modelo educativo
distinto del de siempre. De lo contrario, no se entiende esta especie de
pasividad ante unos resultados educativos que no acaban de mejorar significativamente
y que, como se sabe, se traducen en un porcentaje de fracaso y abandono escolar
que, punto arriba punto abajo, no acaban de mejorar. Esta, puede ser la causa o una de las causas, de la falta de interés, en la búsqueda de otras alternativas pedagógicas u
otras formas distintas de aprendizaje más acordes con la evolución de la
sociedad.
A veces, parece que
no acaba de entenderse que el modelo educativo tradicional esta desfasado y que
en otro momento de nuestra historia fue útil y bueno. Lo cual, no debe ser
obstáculo para reconocer que hoy 2015
no es válido para formar al alumnado que transita por las aulas y que
vive en una sociedad totalmente distinta a la industrial. ¿Por qué se plantea la
necesidad de cambiar?. La razón, es de una gran obviedad: el alumnado e hijos e hijas a las y a los que queremos apasionadamente no se merecen por más tiempo
permanecer en un modelo educativo que les desconecta emocionalmente, por ser
incapaz de ofrecer el aprendizaje que necesitan en el siglo XXI. Un modelo
que ofrece la información descontextualizada, en porciones separadas y
fragmentadas, un aprendizaje
academicista individual y aburrido, en aulas cerradas por edades
desconectadas de los problemas reales de la sociedad, en las que el libro de
texto y las fichas siguen siendo
las fuentes hegemónicas para aprender, no para el crecimiento personal, sino
para superar pruebas y exámenes.
Pero también es
verdad, que cada vez existen más centros y profesorado ilusionados con el
cambio. Porque, no existe duda alguna, de que se puede cambiar, como lo han
hecho y lo siguen haciendo aquellos centros educativos y profesorado sensibles,
a las nuevas formas de aprendizaje que requieren los niños y niñas del 2015. De ahí, la necesidad de que cada vez más
profesorado y madres y padres, nos replanteemos el cambio a un modelo educativo
capaz de convertir el espacio rutinario y pasivo
de las aulas y, donde los contenidos estaban previstos, programados y
reglamentados, en escenarios abiertos en
el que los niños y niñas,
puedan moverse sin sentirse atados al pupitre, opinar, expresar sus sentimientos y emociones. En los que el dialogo y la conversación sobre sus indagaciones, sus
intereses y descubrimientos sean la base de las interacciones. Modelos capaces
de devolverle al alumnado la curiosidad, el interés, la motivación, el
asombro, las emociones, la imaginación y la creatividad. Un modelo donde las fuentes de información sean
las propias de la sociedad de la información y donde el aprendizaje, deje de
ser impuesto y se construya en la participación colaborativa de todos y todas.
Modelos donde el papel del maestro y maestra sea el de acompañar y orientar a
todo el alumnado en su itinerario de aprendizaje y claro está en la que la pedagogía de la
respuesta deje paso a la pedagogía del la pregunta.
ALGUNOS INTERROGANTES
¿Qué
se puede esperar la escuela de un niño y niña que ha perdido su curiosidad,
interés, motivación, asombro y creatividad
?.
¿Qué incidencia tiene la
pérdida de la curiosidad, el aburrimiento, la falta
de interés y la desmotivación en el bajo
rendimiento académico?.
Una organización del aula en la que el
diálogo, la participación, la conversación, la opinión y el contraste de puntos
de vista, no forma parte de su entramado ¿ A quién puede interesar en el 2015?.
¿Es capaz el modelo tradicional de dar respuesta a los aprendizajes
que, nuestros hijos e hijas y alumnado, necesitan para ser ciudadanos
competentes y tener éxito tanto profesional como socialmente ?
¿Qué dificulta existe para que la escuela a la que perteneces no se
haya planteado el cambio de modelo educativo?
…
¿UTOPÍA O REALIDAD?
Solo hace falta acercarse a las escuelas que han cambiado el modelo educativo o
están en proceso de cambio, bien directamente o a través de Internet, para
comprobar que si se puede cambiar el viejo modelo educativo.
Nuevos horizontes y perspectiva educativas se
abren al profesorado, a los
centros, a los padres y madres y a las AMPAS que conscientes de la inutilidad
del modelo educativo tradicional, heredado de del siglo XIX, optan cada vez
más, por modelos educativo propio de la sociedad de la comunicación en la
que vive el alumnado y sus hijos e
hijas.
¿Te apuntas?
Ginés Martínez
Cerón
Coordinador A. P.
Siglo XXI
14 de diciembre 2015
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Aquí escribe tu opinión y/o comentario