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10 octubre, 2014

¿CÓMO PUEDEN LAS AMPAS CONTRIBUIR AL ÉXITO ESCOLAR ?

Actualmente, las AMPAS  y las familias que representan, no es un secreto para nadie, no participan normalmente, en aquellas tareas que las evidencias científicas han demostrado que conducen al éxito escolar de todo el alumnado. Por tanto, se puede decir sin temor a equivocarse, que las AMPAS y las familias que representan, apenas tienen incidencia en la mejora de los resultados académicos del centro educativo.


 La cuestión a plantear, es si las AMPAS y las familias pueden vivir de espaldas a los resultados académicos del centro educativo, ignorando la incidencia que tienen en el éxito escolar dichas prácticas.  ¿ Tiene algún sentido actualmente, en plena sociedad de la información, seguir con el tipo de actividades heredadas de un modelo educativo de la sociedad industria?. Actividades, la mayoría de las veces centradas en la gestión de actividades extraescolares que, la mayoría de las veces, resultan intrascendentes para contribuir al éxito del alumnado[1], bancos de libros, organización de  escuelas de padres[2] , organización de fiestas, reivindicaciones para reclamar más profesorado por exceso de ratio, ampliación de dependencias etc. Actividades que por legítimas e interesantes que sean, la mayoría de las veces, han sido irrelevantes y de una incidencia nada significativa en la mejora de los centros y en el rendimiento académico tanto, de los hijos e hijas, como del conjunto del alumnado del centro

 Es preciso tener presente, que en el modelo educativo heredado de la sociedad industrial el aprendizaje era el resultado de la transmisión directa de los saberes del profesor al alumnado. El centro y aula eran los espacios exclusivos de aprendizaje a cargo del profesor o profesora. El aula estaba blindada a cualquier otra persona de la comunidad. Era evidente que con esta concepción las familias quedaban al margen de lo que ocurría dentro del centro y aula ya que, poco o nada tenían que aportar al aprendizaje escolar. De ahí, que tanto la participación como, las actividades que pudieran hacer de las AMPAS eran concebidas como algo complementario y secundario. Las escuelas e institutos, como dice  Colett[3] no fueron pensadas para que las familias participaran en el centro educativo.

Ahora bien, ¿ sirve para la sociedad de la información el mismo modelo educativo heredado de la sociedad industrial?. La  sociedad de la información reclama otro modelo educativo capaz de desarrollar, como dice ( Pérez Gómez 2012) todas las potencialidades e inteligencias,  a través de aprendizajes cooperativos y dialógicos donde tienen cabida la creatividad, el cuestionamiento, la imaginación, la argumentación, la tarea compartida, los proyectos de investigación. Todo lo contrario del modelo tradicional, en el que al alumnado se le somete a una pasividad, a escuchar, memorizar, responder a preguntas orales y escritas cerradas. En la sociedad de la informacional la clave del éxito reside en un aprendizaje dialógico e interactivo. El aprendizaje, ya no se circunscribe, exclusivamente, al aula y al profesor sino, que es el resultado de las interacciones entre el alumnado y otras personas: el profesor, los padres, los amigos, etc. En consecuencia, desde esta perspectiva el aprendizaje depende de la riqueza de las interacciones que el alumnado pueda realizar con la diversidad de personas con las que se relaciona en los diversos contextos donde se mueve.  “El aprendizaje despierta una variedad de procesos evolutivos internos que sólo pueden operar cuando el niño esta interaccionado con personas de su entorno y en colaboración con sus iguales” (Vygostsky 1997 Pág. 90). Este nuevo modelo educativo reclama de las AMPAS y familias un giro de trescientos ochenta grados en lo que concierne a la participación y a su incorporación al proceso de aprendizaje tanto dentro como fuera del centro.

Sin embargo, a pesar de estar situados en el escenario de la sociedad de la información, la escuela sigue mayoritariamente anclada en el modelo tradicional que, impide su apertura al entorno, las AMPAS y familias. Situación que supone, en principio, una gran dificultad estructural, para reconocer que las familias forman parte real de los centros educativos.  Esta creencia, muy asentada en el profesorado y en la sociedad, en general, supone  una rémora  para admitir, sin ponerla en tela de juicio, cualquier propuesta e iniciativa de participación e implicación de las AMPAS en la vida de los centros.   Por tanto, es comprensible que tanto el profesorado como, las mismas AMPAS atrapadas en estas concepciones sigan pensando que la labor de las AMPAS y familias es periférica y que su papel siga siendo el de colaboradoras en actividades de tipo complementario. En definitiva, se puede decir que las AMPAS, teóricamente  pertenecen al centro, pero no forman parte de él, a la hora de participar de puertas adentro o de tomar decisiones que afecten a su funcionamiento, o dicho de otro modo, forman parte del centro circunstancialmente pero no estructuradamente. De ahí, que las AMPAS vengan a estar,  muchas veces, como el chico de los recados al servicio de  los intereses de la dirección y/o el profesorado, cuando  las necesitan para realizar alguna actividad puntual o para reclamar ante la Administración la solución a determinados problemas.

Ante esta situación de prolongar un modelo educativo desfasado y obsoleto, incapaz de despertar ilusión y pasión por el saber y en el que las repeticiones, el abandono y fracaso escolar son una tónica casi invariable año tras año se les presenta a las AMPAS y familias una gran disyuntiva.  Seguir como hasta ahora y hacerse cómplices de la perpetuación del modelo educativo tradicional o por contra tomar conciencia de lo que supone el cambio de modelo educativo.  Evidentemente, en el caso de que se decidan por el nuevo modelo educativo, será necesario un replanteamiento de sus objetivos, funciones, estructura organizativa y formas de participación.

Desde esta nueva perspectiva, las AMPAS deben de dotarse de nuevos objetivos en consonancia con el modelo educativo de la sociedad de la información y que les permita   superar el tipo de actividades que hasta el momento vienen realizando. La investigación científica como el proyecto INCLUD-ED  y  numerosas experiencias educativas contrastadas científicamente demuestran que las AMPAS y las familias pueden revertir los resultados educativos tanto de sus hijos e hijas como, del alumnado del centro. Planteamiento que exige a las AMPAS abrir nuevos caminos para renovar  la participación y dotarla del sentido que requiere la sociedad actual, como se puede comprobar en el: Observatorio europeo de la participación de los padres en la educación”.

Por tanto, es un reto para cualquier AMPA abrir un proceso de reflexión y valoración que posibilite el replantearse, el significado y sentido que tiene hoy la participación de las familias en los centros educativos. Proceso que deberá  llevar a repensar si las actividades que, en estos momentos, se realizan desde el AMPA sirven para mejorar el rendimiento del alumnado y en consecuencia reducir el fracaso escolar. Igualmente la nueva participación exige de las AMPAS renovar los contenidos formativos para las familias. Formación que deberá responder a un nuevo modelo formativo que a diferencia del actual responda a las verdaderas necesidades de las familias, posibilitando así la participación en el proceso educativo de sus hijos[4], tal y como  demuestra la investigación científica[5].

En definitiva, este replanteamiento supone tres ejes sobre los que debe de pivotar el cambio. Los objetivos que habría que replantearse  en la dirección de conseguir el éxito escolar de todos. La relación con las familias y su formación e información sobre el modelo educativo para la sociedad de la información y actuaciones de éxito. Tipo de participación y actividades que habría que realizar.

Respecto al  primer eje, los objetivos que habría que replantearse,  para conseguir el éxito escolar de todo el alumnado, es evidente que la primera tarea es ver y valorar cuales son los objetivos que tiene planteados el AMPA en sus estatutos o programa. Seguramente, parte de dichos objetivos responden al del modelo educativo heredado de la sociedad industrial en cuyo caso habría que sustituirlos por otros objetivos que contemplen la participación en la vida del centro educativo, la relación con las familias y su formación, las actividades extraescolares no como algo periférico sino incardinadas en el proceso de aprendizaje de todo el alumnado.

El segundo eje, estaría conformado por la relación con las familias y su formación e información. El nuevo modelo educativo, a diferencia del tradicional, contempla la integración de las familias en la vida del centro. Esta nueva situación requiere de las AMPAS, un replanteamiento  de su estructura organizativa. No es lo mismo que los socios del AMPA sean personas individuales, padre/madre que, sean las familias. Además, otro aspecto a considerar y a modificar, es el concepto de socio ó no socio como elemento vinculante al AMPA. Es de lógico, que en un escenario tan complejo y cambiante como el educativo, la estructura del AMPA deba dar respuesta a dichos cambios. El otro elemento de este eje, es la formación e información  a las familias. Formación, que debe plantearse renovar los contenidos formativos para las familias. La razón de esta renovación estriba en ofrecerle a las familias aquella formación  que realmente les interesa y les ayude para   mejorar como personas y para poder ayudar a sus hijos e hijas en su proceso educativo. Hay que tener en cuenta que este tipo de formación, como ha demostrado la investigación científica,  influye  muchísimo sobre los aprendizajes de los hijos e hijas, ya que es la base para la transformación, de las expectativas familiares sobre la educación de sus hijos y aquellos aspectos de su cultura costumbres, concepciones, etc., que constituyen sus referentes  culturales. Respecto a la información, aspecto que complementa la formación, es necesario priorizar, la información suficiente para que entiendan y tomen conciencia, de que hoy el éxito de sus hijos e hijas puede ser una realidad. Lo  que supone, informarles sobre el nuevo modelo educativo y las  experiencias de éxito. Experiencias que han demostrado que la implicación de las familias es un ingrediente esencial para el éxito de todo el alumnado.

El tercer eje, lo constituye la participación, no hay que inventarse nada nuevo, sencillamente apoyándose en investigaciones científicas, ver los tipos de participación y su grado de eficacia en la mejora del centro y en el éxito escolar. Se trata de ir más allá de la participación informativa y consultiva, predominante en la mayoría de los centros educativos y lograr una participación decisoria y educativa, como garantía de una participación eficaz en la vida del centro educativo.  El proyecto Included facilita la tarea al  definir y analizar los cinco tipos de participación[6] que se pueden dar en un centro educativo y sus repercusiones en el aprendizaje y éxito del alumnado. Este documento, fruto de la investigación en varios países de Europa, debería convertirse en una guía de AMPAS y claustros para analizar y valorar el tipo de participación que están llevando a cabo en sus respectivos centros.  Se trata en definitiva, de iniciar un proceso que permita  superar los viejos esquemas, sobre el sentido, la finalidad y los modelos de participación y abrir nuevos cauces participativos, ahora inexistentes, para que todos los miembros del AMPA y familias, se sientan protagonistas y parte real de la vida del centro educativo y pasar a ser  protagonistas, en la mejora integral del centro, conjuntamente con el profesorado y agentes educativos de la comunidad escolar.

Llegados a este punto ¿que se puede hacer un AMPA?. En el momento que un AMPA llegue al convencimiento de que su papel respecto al centro y a las familias debe cambiar y que su función primordial, además de colaborar en determinadas actividades completarías es la de trabajar para que las familias entiendan que de su participación e implicación, en el proceso educativo de sus hijos e hijas, depende su éxito escolar. Por tanto, la información y formación de las familias en esta dirección es una tarea imprescindible e irrenunciable de cualquier AMPA. Simultáneamente poner en marcha el proyecto“ familias por el éxito educativo” Proyecto que se basa en los siguientes principios:

1.-  Que el éxito académico de sus hijos e hijas es posible por estar demostrado científicamente.
2.-Que la escuela puede y debe proporcionar a todo el alumnado una educación que les permita el éxito en sus estudios. Hoy la investigación científica ha demostrado que el éxito escolar es una realidad trasladable a cualquier centro educativo.
3.- Que La voz colectiva de las familias organizadas disponen de un potencial capaz de transformar la escuela de sus hijos.
4.- Que la participación e implicación de las familias y otros miembros de la comunidad en los procesos de aprendizaje dentro y fuera del aula es clave para el éxito.

Es evidente, que las familias bien formadas y comprometidas en el “proyecto éxito educativo”, y comprometidos colectivamente tienen la fuerza suficiente para cambiar la escuela de sus hijos e hijas y poder  convencer, presionar, y exigir al profesorado que el éxito escolar se puede conseguir, siempre que se establezcan las condiciones necesarias y se creen las situaciones que así lo permitan. Por tanto, una tarea a abordar por las AMPAS, desde” el proyecto éxito educativos”, es la de posibilitar que le llegue al profesorado la información necesaria para, que conozca la existencia de actuaciones educativas de éxito, en multitud de centros a lo largo y ancho de los cinco continentes. Única forma de abrir la puerta para cambiar el modelo educativo tradicional por modelos educativos propios de la sociedad de la información. Porque el AMPA y las familias no pueden seguir tolerando que una parte de sus hijos e hijas sigan fracasando. ¿Qué familia se puede conformar que sus hijos e hijas fracasen si existen evidencias científicas si existen prácticas educativas eficaces?

El AMPA y las familias, no pueden seguir mirando para otro lado, porque lo que está en juego es que el alumnado que repite deje de repetir, que se acabe la incompetencia lectora, en definitiva que se acabe las escandalosas cifras del fracaso escolar. Por tanto, las familias, todas las familias como Fuente Ovejuna, todas a una, a exigir sin paliativos el éxito educativo de sus hijos. No se está pidiendo nada descabellado. Simplemente se pide que el profesorado sea responsable de su profesión y que levante la mirada por encima de los muros del centro educativo y vea que si otros centros educativos lo han logrado, aquí también se puede.


10 de Octubre de 2014

Ginés Martínez

Coordinador de la A. E. P. SIGLO XXI





[1] Es un hecho demostrable que actualmente las mayoría de las actividades extraescolares no responden ni por su organización, ni por su contenido al tipo de actividades que el alumnado necesitaría.
[2]  La mayoría de veces descontextualizada del centro y entorno y cuya temática, en general no responde a las necesidades formativas que necesitan las familias.
[3] Colett, en debates educativos “Papel clave de  la familia en la educación” Fundación Bofill .

2 comentarios:

  1. Me parece muy interesante la publicación. Mi opinion personal es que lo que hace no son actividades extraescolares para sólo los que puedan pagar, la mayor parte de familias no tienen recursos para pagar 20 o 18 euros por las actividades extraescolares.

    Lo que hace falta son actividades o puntos de encuentro totalmente gratuitos y que padres y voluntarios ayuden a los niños que lo necesitan y cuyos padres están en paro.

    Habría que usar las aulas del cole por las tardes para ello. De hecho yo me ofreci como profesor, que soy, como voluntario para ayudar a los niños de primaria pero el centro alega que fuera dle horario no es de su cometido, que ¿cómo selecionar a los niños?

    Como comentan y con la posiblidad de la tecnologia incluso esas clases de apoyo se podrian dar incluso a través de la red, pero GRATIS.

    también deberia existir un blog, creado por los padres para pasar los apuntes, la materia que tienen que estudiar, me refiero concretamente a primaria. Los profesores no tienen tiempo porque tendria que hacerlo fuera de su jornada y no cobrarian por ello.

    Aunque agradezco las labores de las AMPAS para mejorar el rendimiento de nuestros hijos deberia existir mas interactividad, reunir a los niños, ayudarles a repasar matematicas, ingles, pero sin pagar a terceros, la educación debe ser gratuita, pues de otro modo, solo los que puedan pagar pueden mejorar sus habilidades.

    En muchos centros para hablar con el profesor de un niño de primaria hay que esperar 2 semanas y no se puede, mejor, esta prohibido el acceso de los padres a las aulas, y curiosamente aunque esto aparezca en los estatutos y normas es algo que tenemos que cambiar, aunque sea una norma, las normas hay que cambiarlas porque los tiempos cambian.

    Para terminar, el asunto es que disponemos de una gran parte de personas paradas, jubiliadas que podrian ayudar a nuestro hijos con todo cariño y sin necesidad de ser titulados.

    Hay que ayudar al que menos sabe, y el que menos sabe, el que necesita ayuda son aquellos que no pueden pagar. ¿A qué estamos esperando?

    Gracias.

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  2. Totalmente de acuerdo Manuel. Creo que ese es un camino totalmente viable y además urgente si se quiere que ese porcentaje de niños y niñas salgan de una situación, de la que ellos no son culpables, sino el contexto social y familiar en el que viven. Son tantos los voluntarios y voluntarias que estarían dispuesto a poner su granito de arena que es un despilfarro no aprovecharlos. Gracias Manuel.

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