Si queremos
resultados
distintos
hemos de hacer
cosas
distintas
Albert
Einstein
Inventariar los problemas del centro educativo tiene por objetivo verificar la situación real
del centro y tomar conciencia colectiva de
su realidad para, poder buscar conjuntamente, las medidas
necesarias para lograr un centro para el éxito educativo.
Situación real que supone, conocer a fondo el funcionamiento del
centro, los resultados académicos, y en consecuencia, todos aquellos aspectos
que sería necesario cambiar y transformar: índices de fracaso, repeticiones,
déficit en comprensión lectora, alumnado atrasado, con dificultades
de aprendizaje, alumno desmotivado, tipo de participación de
las familias. En definitiva, se trata de que toda la comunidad educativa tome conciencia de cual es la realidad del éxito y del fracaso del alumnado del centro.
Una vez conocida la realidad del centro se presentan dos opciones. Que los resultados sean óptimos, en cuyo caso habrá que felicitarse o bien que los resultados que obtiene el centro año tras año, en lectura
comprensiva, ciencias, matemáticas, etc.,no mejoran significativamente,
impidiendo el éxito de
todo el alumnado. En cuyo caso será necesario buscar, entre todos y todas, la verdaderas causas de las deficiencias
de aprendizaje que aquejan al centro y que se manifiestan en dichos resultados.
Buscar las causas que generan unos resultados mejorables puede presentar algunas dificultades. Dificultades que podrían estar motivadas por el peso que determinadas creencias tienen tanto, en el profesorado como en las familias y que a lo largo del tiempo han adquirido carta de naturaleza. Entre estas creencias se encuentra precisamente el culpabilizar al contexto familiar y social del alumnado y familias las deficiencias en el aprendizaje y en consecuencia, los bajos resultados y el fracaso. Es verdad, que el factor que explica y predice en la actualidad de manera más significativa las diferencias en el rendimiento está configurado por las desigualdades socioculturales del contexto familiar, como demuestran numerosas investigaciones e informes como afirma PEREZ GOMEZ en su interesante libro “Educarse en la era digital”: ( GOLEMAN,1966; RIST, 1997, PEREZ GOMEZ Y GIMENO SACRISTAN, 1993, OCDE-PISA). Pero, lo grave de esta creencia es su inmovilismo apoyado quizás, inconscientemente, en una especie de determinismo que cree que ese segmento de alumnado procedente de contextos familiares desectructurados, de un determinado origen social y de la inmigración, no tienen o tienen pocas posibilidades de lograr el éxito.
La cuestión a plantear es si la
escuela, apoyada en esa creencia, adapta sus enseñanza a los niveles de dicho
alumnado ya sea individual o en grupos de nivel bajo o lo que es lo mismo a una
enseñanza con menos exigencias y expectativas, al creer que dicho alumnado es
incapaz de llegar a metas más altas. Si una parte del alumnado, al entrar en la
escuela se encuentra en desventaja debido a su procedencia social y al terminar
la enseñanza obligatoria sigue existiendo dicha desventaja. No es necesario
profundizar mucho para evidenciar la ineficacia de dichas actuaciones
como avala la experiencia y las estadística nacionales e internacionales, al no
haber conseguido bajar significativamente los porcentajes y/o erradicar el
fracaso de las aulas. Realidad incuestionable que debe llevar a interrogarse
sobre ¿Cuál es la función compensadora de la
escuela?.
Sin embargo, estas prácticas, a pesar de su extensión en una parte
muy importante de la comunidad educativa, no se sostiene, hoy día, en la
sociedad de la información. Son
múltiples las experiencias educativas y le investigaciones avaladas por la
comunidad científica internacional que demuestran que dicho alumnado si puede
tener éxito siempre que se apliquen las medidas adecuadas. De ahí, la
importancia de que profesorado y familias valoren las medidas que se están implementado, para mejorar y acabar con los deficientes resultados
obtenidos. Por consiguiente, es necesario plantearse cuestiones del siguiente
tipo:
¿Qué medidas se han aplicado en los distintos cursos para aumentar
el rendimiento del alumnado con problemas de aprendizaje?. ¿Han sido medidas adaptativas y exclusoras? Es decir, se les ha
adaptado el currículum y han pasado a integrar programas de compensatoria,
educación especial, etc. ¿Las medidas aplicadas al alumnado desaventajado en qué grado han logrado superar las
diferencias y mejorar significativamente los resultados?. Si no es así, ¿por qué se siguen
practicando?.
La respuesta a estas cuestiones nos ilustrarán sobre si las medidas que se aplican al alumnado son eficaces, en cuyo caso, servirán para afirmarse en la bondad de dichas prácticas o por contra, no son eficaces, en cuyo caso habrá que plantearse sustituirlas por otras que hayan demostrado su eficacia al resolver los problemas de aprendizaje del alumnado desaventajado y del fracaso.
¿Pero existen medidas que hayan demostrado su eficacia?. Los informes PISA, así como,
investigaciones recientes, abren la puerta a otras posibilidades que han
demostrado que aunque el entorno social, económico y cultural tiene una
gran incidencia en los resultados, el funcionamiento del centro es un factor
determinante. La importancia de este descubrimiento radica en que un centro educativo, tiene una capacidad
mucho mayor para reducir las diferencias entre su alumnado que el
nivel socioeconómico y cultural del alumnado. Lo que
dicho de otra forma, significa que un
centro educativo, que tenga una buena gestión de sus recursos, motivación
y estrategias apropiadas para lograr
el nivel de competencia requerido de su alumnado, neutraliza el peso los
factores socioeconómicos y culturales
de las familias y mejora sus
resultados.
Sin embargo, si un centro educativo no dispone y/o no
gestiona adecuadamente los recursos y estrategias educativas aludidas. El peso los factores socioeconómicos y culturales de las familias, al no ser neutralizados, influirá de
una forma determinante en los deficientes
resultados.
Por tanto, si el funcionamiento
del centro educativo tiene un peso tan fuerte en los resultados, llegando
incluso, a neutralizar los factores socioeconómicos y culturales de las
familias, es una responsabilidad
de la comunidad educativa revisar el funcionamiento del centro, a fin de
mejorar y corregir aquellos aspectos que puedan impedir o dificultar las posibilidades de éxito del alumnado
desfavorecido socialmente.
Además, junto al funcionamiento del
centro como determinante del éxito del alumnado desfavorecido, es
necesario, por lo tanto, centrar la mirada también en las relaciones y alianza
que han de crearse entre los centros, las familias, la comunidad, el sector de
otros servicios y empresas. Se ha de tener una visión de los centros
como espacios integrados de servicios donde se amplíen las oportunidades de
formación más allá del horario escolar (Escudero y Martínez Domínguez, 2012).
Es una evidencia, que
nadie cuestiona, que el centro educativo se encuentra desbordado al ser incapaz de eliminar las desigualdades y
erradicar el fracaso. Lo que exige, por una parte, abrir el centro a a otros agentes educativos: familias,
vecinos, estudiantes, jubilados, etc., a fin de que se impliquen con su
participación en los aprendizajes
del alumnado que requiere más interacciones que las que realiza en el aula y,
por otra, neutralizar
el peso los factores socioeconómicos
y culturales de las familias.
Es preciso, no conformarse con neutralizar el peso los factores socioeconómicos y culturales de las familias sino, que es necesario avanzar en el camino
de transformar los contextos sociales y familiares donde vive y se desarrolla
el alumnado. Se trata en definitiva, de implicar a toda la comunidad educativa
en los aprendizajes tanto fuera como dentro de la escuela.
Conclusión: el camino para reducir y eliminar las diferencias entre un
tipo de alumnado y otro y erradicar el fracaso, no se concibe en la sociedad de
la información, en la adaptación de la enseñanza a los niveles del alumnado desaventajado,
sino en la
transformación de los contextos donde vive el estudiante y la estudiante al
incorporar a muchas más personas al proceso de aprendizaje.
20 de septiembre de 2014
Gines Martínez
Coordinador de la A. E. P. Siglo XXI