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14 octubre, 2013

SIN COMPRENSIÓN LECTORA LA EXCLUSIÓN SOCIAL ESTA GARANTIZADA

Hace unos días se dieron a conocer los resultados del El Programa Internacional para la Evaluación de la Competencia de los Adultos que evalúa el rendimiento en comprensión lectora y en comprensión matemática entre la población de 16 a 65 años.


España, una vez más ha salido malparada, al obtener en comprensión lectora 21 puntos por debajo del promedio de la OCDE y 19 puntos por debajo del promedio de la Unión Europea (UE). Lo que significa que un 27% de los españoles no pasa del nivel 1. El programa, igual que las pruebas Pisa, tiene 6 niveles. Los que se sitúan en este nivel no está capacitados para leer cualquier texto que vaya más allá de un eslogan publicitario. Pero, la mayoría un 71,7% de los adultos comprendidos entre 16 y 65 años se sitúan en el nivel 2. Lo que significa que este segmento de la población tiene dificultades para leer textos complejos, como pueden ser los prospectos de medicamentos, textos digitales, etc. Solamente un 5 % llegan a los niveles 4 y 5 en comprensión lectora.

Es evidente que las personas comprendidas entre 16 y 65 años estuvieron escolarizados en momentos muy distintos que abarcan desde 1954, los que tienen ahora 65 años y el momento actual, los que tienen 16 años. Las leyes educativas que han jalonado a la sociedad española en este periodo han sido: la Ley Moyano vigente hasta 1970, La Ley General de Educación de 1970, La LOGSE y la LODE. Es evidente, que el aprendizaje lector de la población evaluada corresponde a diversas leyes educativas. De lo que es fácil deducir, aunque haya personas empeñadas en lo contrario, que las deficiencias de comprensión lectora no se pueden achacar a una u otra ley.

Es conveniente recordar que la escuela, independientemente de la ley de turno, desde sus orígenes ha tenido como una de sus misiones más importantes enseñar a leer y a escribir. Misión que nunca, ni ahora, ha cambiado. Lo que si ha cambiado a lo largo del tiempo han sido las exigencias lectoras, la concepción lectora y los artefactos letrados.  Cambios que exigen a la escuela adaptar el aprendizaje de la lectura a las exigencias sociales.

Si la base del éxito escolar y el acceso a la información radica en una buena comprensión lectora.  Quizás, uno de los problemas por los que la escuela no de una respuesta adecuada al aprendizaje lector de todo el alumnado, sea precisamente no haber adaptado el aprendizaje lector a los requerimientos de la sociedad de la información. De lo contrario es difícil de entender que un niño ó niña, después de estar seis años en Primaria y cuatro en la ESO, pueda salir del sistema educativo sin la competencia lectora para interpretar la variedad de los artefactos letrados presentes en nuestras vidas. Porque todas las personas son capaces de poder interpretar cualquier texto ya que la capacidad de lenguaje es innata al ser humano, y que por tanto cualquier persona puede desarrollarla y mejorarla continuamente, (Chomsky 1985).

¿Qué debemos hacer para que todas las niñas y los niños, se conviertan en lectores críticos y desafíen los nuevos retos de la sociedad de la información? ¿Qué pasa con el alumnado que se queda atrás? ¿Estamos dando suficientes respuestas para todas y todos? ¿Por qué los niños y niñas más desfavorecidos no pueden acelerar el aprendizaje de la lectura y la escritura?[1]

En el artículo anterior: “Planteamientos inicio de curso”,[2] se plantea que el inicio de curso quizás sea un momento privilegiado para que desde la comunidad educativa: equipos directivos, claustros, familias, AMPAs y agentes educativos se cuestionen algunos aspectos como: ¿en qué se apoyan y fundamentan determinadas prácticas escolares que hasta el momento han sido ineficaces para lograr los aprendizajes de todo el alumnado? En estas prácticas, sin duda, estaría la enseñanza de la lectura comprensiva, para que todo el alumnado alcance la capacidad adecuada de comprensión lectora.

La escuela pública, por se la escuela de todos y todas, debe poner todo su empeño en conseguir que no salga de sus aulas ningún niño y niña sin haberlo conseguido. Para ello es necesario, en primer lugar, tomar conciencia de que todos los niños y niñas, pueden aprender a leer comprensivamente cualquier texto, independientemente de su origen social y familiar, siempre que se creen las situaciones adecuadas. Pero, ello se requiere revisar las prácticas lectoras que se desarrollan en nuestro centro educativo y aula  y replantear, en su caso, la enseñanza de la lectura acorde con la sociedad de la información.

En segundo lugar, superar tanto la concepción tradicional como la constructivista de la enseñanza de la lectura. ¿Cual es la razón para superar ambas concepciones? el no haber conseguido por una parte, el éxito lector de todo el alumnado y por otra, que las prácticas lectoras que se derivan tanto de la enseñanza tradicional como de la constructivista no sirven para la sociedad de la información ya que les falta la dimensión comunicativa y dialógica elemento clave en la sociedad actual.

No hay que olvidar, que la enseñanza de la lectura tradicional se basaba, en que la comprensión del texto era inherente a la actividad lectora, al considerar que el significado estaba en el texto y que la comprensión era algo automático que se producía en la medida que se descifraba el texto. Evidentemente, cualquier persona habrá podido comprobar que la compresión ni es inherente a la actividad lectora, ni que se produce automáticamente.

Por otra parte, es evidente que la enseñanza de la lectura, desde la concepción constructivista, en su momento, supuso un gran avance respecto a la lectura tradicional, ya que como todos y todas sabemos, la lectura desde la perspectiva constructivista es un proceso de interacción entre el lector y el texto, estableciendo un diálogo con el autor, para comprender sus pensamientos, descubrir sus propósitos, hacerle preguntas y tratar de hallar las respuestas en el texto. Pero, la comprensión que se deriva de esta concepción es individual ya que es cada sujeto el que según los conocimientos que tenga sobre el tema podrá comprender con más o menos profundidad el texto.

Actualmente las prácticas lectoras adquieren una dimensión social que permite interpretar el texto desde la participación colectiva. Participación que permite  enriquecer y superar la interpretación subjetiva resultado de la interacción lector y texto.  Desde esta perspectiva la comunicación, el diálogo, las experiencias vitales y la reflexión compartida pasan a ser el elemento clave de la interpretación y comprensión del texto. De esta forma, la interacción individual lector- texto pasa a convertirse en una interacción con todas las personas que participan en las practicas lectoras.  He aquí el cambio fundamental respecto a las concepciones anteriores.

En tercer lugar, para avanzar en el éxito lector de todos los niños y niñas es necesario apostar por una enseñanza de la lectura propia de la sociedad de la comunicación e información, superando prácticas que han demostrado sobradamente que muchos niños y niñas terminan su escolaridad, sin la competencia lectora necesaria para tener éxito en sus estudios. Lo que supone repensar el qué debemos cambiar de las prácticas lectoras de nuestra aulas para adaptarlas a al aprendizaje comunicativo propio de la sociedad de la información.

La Escuela Pública de la calidad educativa no puede seguir mirando para otro lado y seguir haciendo lo mismo de siempre, si sus resultados demuestran que un segmento de su alumnado no consigue la comprensión lectora adecuada para, terminar con éxito la enseñanza obligatoria y poder optar a estudios postobligatorios.  Es verdad que existe una cultura escolar y un cansancio por los recortes que  a veces dificulta hacerse planteamientos que cuestionen determinadas prácticas, lectoras, a pesar de que los resultados del aprendizaje dejen, en algunas ocasiones, mucho que desear. Pero los niños y niñas merecen lo mejor y sería una irresponsabilidad y una falta de compromiso profesional el no poner toda la carne en el asador, desde la comunidad educativa, para evitar hipotecar su futuro. Porque sin comprensión lectora la exclusión está garantizada.

NOTA: Nos queda la esperanza que cuando los niños y niñas que hay en la escuela sean adultos y les pasen “El Programa Internacional para la Evaluación de la Competencia de los Adultos que evalúa el rendimiento en comprensión lectora” el éxito sea del cien por cien. Pero hay que tener claro que  ello no dependerá ni de esta ley ni de la siguiente, sino de lo que desde la comunidad educativa: profesorado y familias conjuntamente sean capaces de hacer para adecuar y/o cambiar, en su caso, las prácticas lectoras al uso, por aquellas que han demostrado el éxito de todos y todas las niñas y niños.   

14 de octubre de 2013
Ginés Martínez Cerón
Pertenece a la Asociación Educación Pública

2 comentarios:

  1. Un excelente artículo, Ginés.

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  2. Muchas gracias por tan interesante post. El papel de los padres también es fundamental porque debemos ayudar e incentivar a nuestros hijos a lograr sus metas de aprendizaje, esto les garantiza un mejor futuro en el mañana. Enhorabuena por tu blog. Un fuerte abrazo.

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