Entre los principales objetivos que persigue la reforma se encuentra “mejorar los resultados internacionales”. La razón por la que se propone dicha mejora
queda clara en el siguiente párrafo del proyecto: “El sistema actual no permite progresar hacia una
mejora de los resultados, como ponen en evidencia los pobres resultados
obtenidos por los alumnos españoles en las pruebas de evaluación
internacionales como PISA.” Pág. 1”
Si los resultados que obtienen los alumnos españoles
en las pruebas Pisa son pobres, la única alternativa razonable es
“mejorarlos” Hasta ahí cualquier persona
estará de acuerdo. Ahora bien, en la medida que se lee el párrafo con cierta
profundidad parece que se utilizan “los pobres” resultados Pisa como
coartada para poner en evidencia”[1]
que el sistema actual no permite progresar para
mejorar los resultados. Dicho de otra forma, los redactores del proyecto tienen la certeza absoluta de que el
sistema es el culpable de que la educación española no levante cabeza y, por
supuesto, de nuestro desprestigio a nivel internacional.
Es grave hacer estas afirmaciones de una forma totalmente
gratuita, por dos razones: la primera, porque es falso que exista una
correlación entre el rendimiento académico del sistema educativo y los resultados
internacionales. Pisa, solamente evalúa
la competencia en tres áreas: ccomprensión lectora, matemática y científica, no
la formación integral del alumnado. El resto de materias no forman parte de la
evaluación Pisa. Por ejemplo, Pisa no
mide la competencia comunicativa oral y escrita, a pesar de su importancia, ni
la educación artística, ni educación física, ni geografía e historia, ni la
lengua extranjera, ni la formación literaria, y un largo etc. Por tanto, PISA no evalúa conocimientos sino las
competencias que en las tres áreas han desarrollado los y las estudiantes en su
escolaridad hasta los 15 años. Es decir, Pisa evalúa la capacidad que ha
desarrollado el alumnado para aplicar los conocimientos adquiridos para
resolver problemas y situaciones de la vida real, no los conocimientos
adquiridos de un determinado currículum
Por tanto, una cosa es que haya que mejorar los resultados de Pisa, lo
que es evidente, y otra muy distinta afirmar que el sistema actual es tan malo
que no permite progresar hacia una mejora de los resultados. Sin embargo, Andreas Schleicher, responsable de los informes PISA, al ser preguntado
por la situación educativa de
España? Dice:
“La cuestión es si ves el vaso medio lleno o medio vacío, y, si lo miras en
perspectiva (los avances que ha hecho España en las últimas décadas en calidad
de la educación, en igualdad de oportunidades o en reducción de las diferencias
sociales), creo que el vaso está medio lleno. Comparado con los países que tienen mejores resultados (China,
Shanghái, Finlandia, Canadá…), España
aún tienen mucho por recorrer, pero comparado con Francia y otros países
europeos no está muy lejos; creo que está en el buen camino.”[2] ¿En qué quedamos, en que el sistema actual no permite progresar hacia una
mejora de los resultados o que está en el buen camino como dice Andreas Schleicher?
La segunda razón, porque mete a todos y todas los y
las estudiantes españoles en el mismo saco. “Todos” obtienen pobres resultados
en las pruebas Pisa. Lo que no responde a la realidad. El análisis
comparativo de los resultados Pisa en las distintas comunidades autónomas pone
en evidencia que existe una gran diversidad de resultados. Si se agrupan las C.
Autónomas según los resultados, se pueden clasificar en cuatro grupos: el
primero, formado por las comunidades que
superan la media OCDE: Castilla y León, Madrid, Navarra, Cataluña, La
Rioja, País Vasco y Aragón, el segundo integrado por las que se sitúan en la media OCDE: Asturias, Cantabria y Galicia,
en el tercero las que quedan por debajo
de la media española: Murcia, Andalucía, Baleares y Canarias y a una cierta
distancia Ceuta y Melilla. ¿No es una
injusticia por ejemplo, tildar de pobres resultados a aquellas comunidades que están por encima de la media de la OCDE? ¿Acaso necesitan las
mismas medidas para mejorar Murcia que Castilla León? ¿Acaso
no es el mismo sistema el que hay en Murcia, en Cataluña o en País Vasco?
Por tanto, el problema de los pobres resultados Pisa no pueden residir en el
sistema, tal y como se quiere hacer creer, sino habrá que buscarlo en una serie
de variables tanto extrínsecas como intrínsecas al sistema.
El informe PISA, además de los
resultados, también ofrece la relación entre los resultados y distintos
factores asociados como: el contexto social, económico y cultural,
circunstancias individuales de los alumnos, la valorización social de la
educación, la implicación de las familias, el funcionamiento de los centros,
tipo de centro, contexto de aprendizaje, organización de la enseñanza, etc., y
que son importantes, en la medida que influyen en los resultados. Dicho de otra
forma, se trata de buscar la relación existente entre distintas variables que
inciden en los resultados obtenidos. Por
ejemplo ¿qué factores influyen para que determinadas comunidades tenga el 20 %
de alumnado en los niveles 1 y – 1 en comprensión lectora y otras el 13 %?, a
pesar de pertenecer al mismo sistema educativo. En consecuencia, estas
diferencias de resultados encuentran su explicación en esta serie de variables
que se pueden agrupar en variables individuales, socio familiares y
relacionadas con los centros.
Dentro de las variables individuales hay que destacar que el alumnado repetidor
alcanza menos puntuación en PISA que el alumnado no repetidor. El último informe de la OCDE[3] Equidad y calidad de la educación. Apoyo a
estudiantes y escuelas en desventaja dice una vez más que la repetición
de curso”, aparte de ser muy costosa no mejora los resultados. . Los resultados del último informe
PISA[4] nos
situaban nada más y nada menos que un 36%
de repetidores a los 15 años. Pero, estas recomendaciones, a los responsables educativos
no son nuevas. En 2006, después de presentar el informe Pisa su
responsable, Andreas Schleicher, destacó entre las deficiencias detectadas en el sistema educativo español la repetición
de curso, ya que “consume muchos recursos y es poco productiva” y aconsejó
que, “en lugar de obligar al alumno a repetir, se le debe ayudar de forma
individualizada para resolver el problema[5].
Porque “la repetición estigmatiza, es ineficaz y una auténtica
pérdida de tiempo”. Pisa
demuestra que los estudiantes que repiten un curso escolar no obtienen ningún
logro relevante en su rendimiento, pero pierden un año en su vida laboral, por
lo que la sociedad paga al menos 20.000 euros extra por estudiante que repite.[6] “Si estas cifras de
repetidores las comparamos con los países de la OCDE, donde
el porcentaje de repetidores a los 15 años se sitúa en el 13% o en países como Finlandia, 2,8%,
tenderemos que concluir que son injustificables y
verdaderamente escandalosos.
Otro de los factores que
influyen en los resultados es el haber asistido a una escuela de educación
infantil. Los resultados del estudio PISA
de la OCDE de 2009 muestran que los alumnos de 15 años de prácticamente todos
los países de la OCDE, que asistieron a una escuela de educación infantil,
obtuvieron resultados superiores a aquellos que no lo hicieron. De hecho, la
diferencia entre los alumnos que asistieron durante más de un año y aquellos
que no asistieron es de 54 puntos de media en la evaluación lectora de PISA, o
más de un año de escolarización (39 puntos).
En las variables relacionadas con
los centros, un factor que influye en las diferencias en el rendimiento del alumnado, según PISA, es el mismo centro educativo. Tan es así, que el porcentaje de diferencia en el mismo centro puede llegar hasta un 70
%. Pero, ¿qué es lo que produce esta diferencia tan considerable? Es un
hecho constatable que en entornos similares encontramos centros educativos con
resultados muy buenos y otros centros con resultados menos buenos. Realidad que
nos indica que con los mismos mimbres se pueden hacer cestos distintos. Por tanto, y esto es muy importante, la capacidad de cada centro para reducir
las diferencias entre su alumnado es más determinante en los resultados que el
nivel socioeconómico y cultural del alumnado. Así pues, un centro educativo con una buena gestión
de sus recursos, motivación, estrategias apropiadas, para lograr el nivel de competencia
requerido de su alumnado, mejora
considerablemente sus resultados, a pesar de los factores socioeconómicos y
culturales de las familias. Por contra, si un centro no dispone y/o no gestiona adecuadamente los recursos
y estrategias educativas mencionadas, el
peso los factores socioeconómicos y culturales
de las familias, al no ser
neutralizados, influirá de una forma determinante en los deficientes resultados.
Respecto a las variables socio
familiares, el Informe
PISA muestra también la relación existente entre los factores socioeconómicos y
culturales de las familias y el rendimiento académico de los alumnos. Así pues,
el nivel
educativo y el trabajo de los padres como el número de libros que haya en el hogar
influyen en los resultados. ¿Existe en el proyecto de
reforma alguna alusión siquiera a implementar medidas en la dirección de acabar
con las repeticiones, mejorar el funcionamiento de los centros o potenciar la
educación infantil? ¿Qué planteamientos hace la reforma para acabar con las
desigualdades territoriales educativas?
¿Qué cuestiones plantea este panorama? Si el sistema educativo, el
currículum, los libros de texto, el profesorado, es común a las comunidades,
¿dónde radica la diferencia de resultados entre las comunidades del norte y las
del sur? ¿Acaso el alumnado del País Vasco, Asturias, Castilla León, etc. se
esfuerzan más, dedican más horas al estudio? Y qué decir de Ceuta y Melilla,
las colistas con diferencia, cuya responsabilidad sigue siendo del Ministerio
de Educación. Si uno de los objetivos de
la reforma es “mejorar los resultados Pisa”, ¿qué soluciones se proponen para mejorarlos
en las comunidades que están por debajo de la media?
En conclusión, la disparidad de
resultados entre comunidades pone en evidencia, el problema de la gran desigualdad
educativa territorial que responden a diversos factores que para nada tienen
que ver con el sistema educativo como pretende el proyecto de reforma.
28 de octubre de 2012
Ginés Martínez Cerón
Asociación Educación Pública Siglo XXI
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