El pensamiento crítico es la capacidad que tenemos las persona para valorar y decidir si la información que nos llega es objetiva y veraz por fundamentarse en razones o argumentos.
Es
un hecho que en la sociedad encontramos un porcentaje muy alto de personas que
no cuestionan lo que se dice en un discurso político, ni lo que dicen, en
general, en los medios de comunicación. Son quizás, esas personas a las que se
les oyen expresiones como: lo dice la tele, lo ha dicho fulano o mengano,
refiriéndose a una determinada autoridad política o religiosa,…. Y que
confirman, precisamente, la fiabilidad y creencia que tienen en los mensajes de
determinadas personas y o medios de
comunicación al considerarlos una autoridad. Sin lugar a dudas, esta falta de
espíritu crítico en tantas personas es debida, entre otras cosas, al déficit en
la potenciación de la comprensión crítica, tanto en los discursos orales como
escritos, en los centros educativos y las familias. De ahí, la necesidad que tanto
la escuela como la familia se replanten, la importancia que tiene el desarrollo
del pensamiento crítico en el contexto de la sociedad actual. Es inconcebible
pensar que en el contexto de la sociedad democrática del siglo XXI puedan
existir ciudadanos y ciudadanas sin una competencia crítica adecuada a las
características complejas de la sociedad en que vivimos. En la actual sociedad
de la información la educción del pensamiento crítico debe formar parte del ADN de la enseñanza, desde la educación infantil a la universitaria.
Educar
en el pensamiento crítico implica educar en el desarrollo del criterio propio y,
por tanto, en la capacidad de tomar decisiones. Lo que implica enseñar al alumnado a hacerse preguntas e interrogarse sobre la información que les llega y no
tragarse cualquier mensaje y opinión, sin previamente someterla a una
valoración y, en consecuencia, a su
propia consideración. Esta enseñanza incluiría la desmitificación de la idea,
que aún pervive, de que el profesor y profesora es una autoridad incuestionable
y fuente de conocimiento; herencia sin duda, del “ magíster dixit” o argumento
de autoridad que, en definitiva, sustituye al razonamiento y que actualmente no
tiene cabida en la sociedad democrática del siglo XXI. Desarrollar la
capacidad de pensamiento crítico en el alumnado e hijos e hijas es dotarlos de
las herramientas necesarias para poder valorar y decidir razonadamente sobre la
información que les llega y poder vivir así, como ciudadanos y ciudadanas
competentes y responsables.
¿QUÉ
SUPONE DESARROLLAR EL PENSAMIENTO CRÍTICO?
Desarrollar el pensamiento
crítico, debe de ser una tarea sistemática, continua y transversal, a lo largo
del itinerario formativo de la persona. Desarrollar la capacidad crítica
supone, entre otras cosas, aprender a dudar, en principio, de la veracidad de
los mensajes que nos llegan y pensar en otras posibles alternativas, identificar puntos de vista y
consecuencias, realizar inferencias adecuadas, identificar los sesgos
cognitivos y estereotipos, contrastar opiniones e identificar la ideología que
subyace en los mensajes que recibimos,
evaluar las fuentes de información
y evidencias, así como distinguir datos
de opiniones. En definitiva, adquirir la
competencia crítica supone, aprender a utilizar la información y
mensajes implícitos que subyacen en los
textos, imágenes discursos, mítines, medios de comunicación a fin de, poder valorar
y decidir si la información que recibimos
es objetiva y veraz.
PAPEL DE LA ESCUELA Y FAMILIA EN LA FORMACIÓN
DEL PENSAMIENTO CRÍTICO
Para que el pensamiento crítico llegue a formar parte del bagaje
cultural de cualquier niño o niña y puedan llegar a ser ciudadanos y ciudadanas
competentes, en la sociedad democrática actual es necesario que desde los
primeros niveles educativos tengan la oportunidad de desarrollar dicha
capacidad. Para ello, es preciso que la
educación del pensamiento crítico pase a formar parte del día a día, no solo
del centro educativo sino, de la familia y la sociedad. De lo contrario,
estaremos privando a los niños y niñas de una de las competencias sociales
imprescindibles actualmente, la de ser personas capaces, no solo de tomar sus
propias decisiones con criterio propio sino sabiendo las consecuencias, que de
ellas, se pueden derivar.
Hoy, a estas alturas del siglo XXI es imprescindible que la escuela,
en la medida que quiera incorporarse a las necesidades educativas actuales y
abandonar la enseñanza tradicional de la sociedad industrial. ¿Por qué y para
qué necesita un niño y niña en 2018 una enseñanza memorística, fragmentada en
asignaturas, academicista, individual, aburrida, desconectadas de la sociedad y
en la que el libro de texto sigue siendo fuente hegemónica para el aprendizaje?
¿No será el momento de replantearse como
introducir en las aulas la educación del pensamiento crítico? Replanteamiento
que, en ningún caso, exige nuevas asignaturas, ni cargar la programación
con nuevos contenidos, simplemente se
trata de aprovechar el trabajo que se realiza en el día a día del aula,
independientemente del área o nivel,
para introducir estrategias que propicien el desarrollo del pensamiento
crítico.
Para ello, nada más sencillo que introducir en el
aula la participación del alumnado en una serie de actividades que posibiliten
la formación en aquellos aspectos que constituyen el bagaje del pensamiento crítico.
Por citar algunos, el desarrollo del diálogo crítico y reflexivo que permitirá la interacción, la escucha activa
y la aportación de cada participante de sus puntos de vista o sustituir la
lectura tradicional por la lectura
crítica que permitirá trabajar puntos de
vista, sesgos, estereotipos, contraste
de opiniones etc.
A continuación, mostramos una breve descripción
de las principales estrategias a tener en cuenta para desarrollar el
pensamiento crítico.
DIÁLOGO CRÍTICO REFLEXIVO
Quizás,
una de las estrategias más importantes para que los niños y niñas se conviertan
en personas críticas es, el DIÁLOGO CRÍTICO REFLEXIVO cuyo objetivo es
profundizar en aquellos aspectos sobre los que se dialoga para depurar las
opiniones y acercarse lo más posible a la objetividad. Para enseñar a pensar
críticamente, tal y como apunta Fisher[1] es
necesario preparar al alumnado para que aprendan
a dar razones, evaluar las razones y evidencias y distinguir los datos de la opiniones. El objetivo del diálogo crítico es, que las personas que participan en él,
aprendan a opinar y defender sus propias opiniones utilizando argumentos para
apoyar sus convicciones. Participando en el diálogo reflexivo, los niños y
niñas aprenden a explicar las razones de sus opiniones y creencias, así como
evaluar las razones dadas por los otros.
LECTURA CRÍTICA
La lectura crítica es una herramienta fundamental que permite, entre otras, iniciarse en
el camino del pensamiento crítico. La
lectura crítica es una disposición, una inclinación de la persona a tratar de
llegar al sentido profundo del texto, a las ideas subyacentes, a los
fundamentos y razonamientos y a la ideología implícita, para considerar
explicaciones alternativas y a no dar nada por sentado cuando podría ser
razonable ponerlo en duda (Smith, 1994; Cassany, 2004; 2006)..
Al hablar de lectura crítica, nos referimos a aquellas
prácticas lectoras que tienen como base el diálogo reflexivo. La experiencia
lectora ha demostrado que, la lectura compartida dialógica, incide en el
desarrollo del pensamiento crítico. Es decir, el lector crítico es capaz
de expresar su propia opinión, justificarla y argumentarla. Lo que lleva
a crear las diversas situaciones que caracterizan la lectura, expresión de la propia opinión, comprensión
autónoma (el alumnado es capaz de plantear una situación del texto ante los demás, tal y como la ha
entendido, es decir de plantear con sus propias palabras aquellos aspectos del texto que le han hecho
pensar), toma de conciencia (se
apropia de una idea del texto para hacerla suya), construcción
de un discurso alternativo( al planteado en la lectura o por compañeros y
compañeras) y defensa de posiciones
personales ( argumentar sobre una
postura que se ha creado a partir de la lectura o de la participación dialógica
crítica. (Álvarez y Pascual
2013).
Además,
el lector crítico debe ser capaz de identificar quién es el autor del texto,
cuáles son sus intenciones, cuál es su ideología. El lector crítico debe ser capaz de construir
su interpretación y confrontarla con la interpretación de los otros lectores,
de modo que logre penetrar hasta el sentido profundo del texto, lo que conlleva descubrir como dice Cassany, el punto de vista del autor, identificar valores, actitudes,
ironías, opiniones e ideologías y la construcción de alternativas.
LAS PREGUNTAS,
GÉNESIS DEL PENSAMIENTO CRITICO.
Adquirir la
capacidad de preguntar y preguntarnos es un ingrediente fundamental en el
desarrollo del pensamiento crítico. Sin
lugar a dudas, la pregunta es el eje
sobre el que gira cualquier razonamiento y del que derivan las conclusiones
para creer o hacer una cosa.
De ahí, la importancia de enseñar a niños y niñas a hacer preguntas para
una comprensión crítica. Las peguntas son la esencia del diálogo reflexivo y
crítico.
Los niños y niñas, a través del
diálogo crítico-reflexivo, no solamente
aprenden a preguntar, sino también a
cuestionarse la diversidad de aspectos tratados, a escuchar, respetar las opiniones de los demás,
y a apropiarse de las ideas de los otros para elaborar o modificar las suyas.
Ahora bien, ¿Todas
las preguntas tienen la misma posibilidad para desarrollar del pensamiento
crítico? No, solo las buenas preguntas, que a diferencia de las malas
preguntas, excitan, expresan necesidad de información,
despiertan el interés y la curiosidad, motivan,
desarrollan la creatividad y el deseo de saber cosas nuevas. Son, sencillamente, aquellas
preguntas que desarrollan el pensamiento crítico que a
diferencia de las malas preguntas suelen ser
cerradas y presuponen una contestación correcta y esperada que no posibilita pensar, imaginar, indagar.
Por
tanto, no se trata de hacer cualquier tipo de pregunta sino, de hacer buenas
preguntas, es decir, abiertas,
divergentes, que “les ayude a profundizar en la propia opinión manifestada de
forma más precisa y elaborada” (Álvarez C, Pascual J)[2].
Pero, desde la perspectiva del
pensamiento crítico, no nos podemos conformar con hacerles buenas preguntas,
es necesario también enséñales a preguntar, para que sean
ellos y ellas los y las que paulatinamente aprendan a preguntar y preguntarse, única forma de avanzar en la
comprensión crítica. En la enseñanza
de la pregunta, es necesario tener en cuenta
dos aspectos. El primero, la persona adulta, docente, madre, padre,
voluntaria y voluntario deben de ser modelo para que niños y niñas aprendan a
formular sus propias preguntas imitando las que ellos y ellas hacen. Segundo,
estimulándolos y creando circunstancias
para que hagan sus propias preguntas
sintiéndose libres para opinar y argumentar
y dando sus razones. Es decir, los niños y niñas tienen que expresarse en total libertad, lo
que significa no juzgar sus opiniones y comentarios, simplemente escucharles.
¿Hiciste una buena pregunta hoy?’ .Una vez le preguntaron a Isidor
Rabi, Premio Nobel de física, por qué se convirtió en un científico. Él
contestó: “Mi madre me convirtió en un científico sin saberlo. Todos los niños
volvían de la escuela y sus madres les preguntaban: ‘¿Qué aprendiste hoy?’.
Pero mi madre acostumbraba a decir: ‘Isidor, ¿Hiciste una buena pregunta hoy?’ Eso marcó la diferencia. Hacer buenas preguntas me convirtió en un
científico”. Si realmente queremos y seguro que queremos, que nuestro
alumnado e hijos e hijas aprendan a formular buenas preguntas.
Lo primero que tenemos que hacer es no
matar su curiosidad. Cuanta
más curiosidad nos produzca un tema, más fácil resulta
aprender sobre él. Se trata de aprovechar la motivación para formular las preguntas que permitan
avanzar hacia la adquisición de la
información que posibilite llenar ese vacío. Tanta fuerza
tiene la curiosidad que según las
investigaciones que publica Neuron[3]
En situaciones
de la vida real, el aprendizaje es a
menudo automotivado, impulsado por la curiosidad intrínseca en un tema particular, en lugar de por una
recompensa externa.
EL PUNTO DE VISTA
¿Por qué es importante
descubrir el punto de vista? Detrás de los mensajes, las
noticias, los textos, los anuncios, las imágenes,… está el punto de vista de su
autor. Un pensador crítico es capaz de
descubrir el punto de vista del mensaje. ¿Para qué? Para constatar, verificar y defendernos de la posible tendenciosidad que pueda
subyacer en cualquiera de ellos y poder así, construir el propio punto de
vista. Para lo que necesitamos una
miradas crítica, como dice Cassany,[4] no
porque haya discursos tendenciosos o porque algunos medios estén controlados
por autoridades, políticos o magnates o porque algunas publicaciones tengan
mala calidad, Si es necesaria una mirada
crítica es porque siempre, a pesar de lo difícil que resulta, tenemos que disponer de las armas
necesarias para nuestra autodefensa de las opiniones y puntos de vista que se
nos quiera imponer subrepticiamente
y
de la tendenciosidad que pueda subyacer en cualquier discurso.
De
ahí, la importancia de enseñar al alumnado a encontrar aquellas pistas que
le puedan ayudar, a descubrir si el
mensaje que nos llega tiene por finalidad persuadirnos y convencernos de su propio punto de vista, o dicho de otro modo, que pensemos y actuemos desde el punto
de vista u opinión que el autor del mensaje nos quiere transmitir.
Por consiguiente, es necesario
aprender que cualquier discurso,
conferencia, mitin, artículo, imagen, película, refleja, como dice Cassany[5] los puntos de vista, la visión del mundo del
autor. En consecuencia, se trata de
descubrir ya sea en los medios de comunicación: radio, prensa, televisión,
publicidad, imágenes, películas, etc. esa
visión del mundo que el autor o autores quieren transmitir. Es muy
importante tener presente, que entre los
propósitos del autor está el que nos identifiquemos con la opinión que nos
transmite.
En consecuencia, el pensador crítico es capaz de cuestionar y
cuestionarse para descubrir el punto de
vista y buscar otras
alternativas. El pensador crítico es capaz de evaluar los mensajes que le
llegan con precisión así como cuestionar las fuentes de información. ¿Qué punto de vista se quiere transmitir a través de
este texto, anuncio, artículo, noticia…? ¿Habrá otro punto de vista a
tener en cuenta? ¿Por qué piensas que el autor escribió esta historia, este artículo,…? ¿En
qué medida repercute este relato con lo que ocurre hoy en la sociedad? , …
En el próximo artículo seguiremos
profundizando, en como abordar algunas estrategias del diálogo crítico
reflexivo: razonar y argumentar, para aprender a defender opiniones personales
y puntos de vista.
Ginés Martínez Cerón
Pertenece a la A. E. Pública Siglo XXI
Enero 2018
Referencias
Álvarez-Álvarez C. y Pascual-Diez J.(2013) Estudio de caso sobre la formación de
lectores críticos mediante textos literarios en la Educación Primaria.
Ocnos,10,27-53.
Ariely Daniel. Las trampas del deseo: como controla
los impulsos irracionales que nos llevan al error.
Beton,
John Alessandra Gillis Drague. Introducción al pensamiento crítico. Plaza y Valdés, s.
Cassany
Daniel. Tras las líneas, Anagrama.
Meseguer
Velasco Juan. Pensamiento crítico: una actitud. Editorial: s.
a. (unir) universidad internacional de la rioja.
Fisher
Robert. Dialogo creativo hablar para pensar en el aula. Editorial Morata.
Kahneman Daniel Pensar rápido, pensar despacio. Debate.
Pozo Juan Ignacio . Aprender en tiempos revueltos. Alianza Editorial
Pensamiento critico y cambio. Editorial
Pirámide
Ginés Martínez Cerón
Pertenece a la A. E. Pública Siglo XXI
Enero 2018
[1] Robert Fisher. Diálogo creativo. Hablar para pensar en el
aula. Morata
[2] Alvarez-Alvarez,C y Pascual-diez, J (2013)- Ocnos
[3] Berlyne, 1966 , Reeve y Reeve, 1996 , Ryan y Deci, 2000 Los
estados de curiosidad modulan el aprendizaje dependiente del hipocampo a través
del circuito dopaminérgico.. Revista Neuron
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