IMPRIMIR

26 enero, 2018

LA EDUCACIÓN EN EL DESARROLLO DEL PENSAMIENTO CRÍTICO


El pensamiento crítico es la capacidad que tenemos las persona para valorar y decidir si la información que nos llega es objetiva y veraz por fundamentarse en razones o argumentos.  
Es un hecho que en la sociedad encontramos un porcentaje muy alto de personas que no cuestionan lo que se dice en un discurso político, ni lo que dicen, en general, en los medios de comunicación. Son quizás, esas personas a las que se les oyen expresiones como: lo dice la tele, lo ha dicho fulano o mengano, refiriéndose a una determinada autoridad política o religiosa,…. Y que confirman, precisamente, la fiabilidad y creencia que tienen en los mensajes de determinadas personas y o medios  de comunicación al considerarlos una autoridad. Sin lugar a dudas, esta falta de espíritu crítico en tantas personas es debida, entre otras cosas, al déficit en la potenciación de la comprensión crítica, tanto en los discursos orales como escritos, en los centros educativos y  las familias. De ahí, la necesidad que tanto la escuela como la familia se replanten, la importancia que tiene el desarrollo del pensamiento crítico en el contexto de la sociedad actual. Es inconcebible pensar que en el contexto de la sociedad democrática del siglo XXI puedan existir ciudadanos y ciudadanas sin una competencia crítica adecuada a las características complejas de la sociedad en que vivimos. En la actual sociedad de la información la educción del pensamiento crítico debe formar parte del ADN de la enseñanza, desde la educación infantil a la universitaria. 

Educar en el pensamiento crítico implica educar en el desarrollo del criterio propio y, por tanto, en la capacidad de tomar decisiones. Lo que implica enseñar al alumnado a hacerse preguntas e interrogarse  sobre la información que les llega y  no tragarse cualquier mensaje y opinión, sin previamente someterla a una valoración  y, en consecuencia, a su propia consideración. Esta enseñanza incluiría la desmitificación de la idea, que aún pervive, de que el profesor y profesora es una autoridad incuestionable y fuente de conocimiento; herencia sin duda, del “ magíster dixit” o argumento de autoridad que, en definitiva, sustituye al razonamiento y que actualmente no tiene cabida en la sociedad democrática del siglo XXI. Desarrollar la capacidad de pensamiento crítico en el alumnado e hijos e hijas es dotarlos de las herramientas necesarias para poder valorar y decidir razonadamente sobre la información que les llega y poder vivir así, como ciudadanos y ciudadanas competentes y responsables.

¿QUÉ SUPONE DESARROLLAR EL PENSAMIENTO CRÍTICO?

Desarrollar el pensamiento crítico, debe de ser una tarea sistemática, continua y transversal, a lo largo del itinerario formativo de la persona. Desarrollar la capacidad crítica supone, entre otras cosas, aprender a dudar, en principio, de la veracidad de los mensajes que nos llegan y pensar en otras posibles alternativas, identificar puntos de vista y consecuencias, realizar inferencias adecuadas, identificar los sesgos cognitivos y estereotipos, contrastar opiniones e identificar la ideología que subyace en los mensajes que recibimos,  evaluar las fuentes de información y evidencias, así como distinguir datos de opiniones. En definitiva, adquirir la  competencia crítica supone, aprender a utilizar la información y mensajes implícitos  que subyacen en los textos, imágenes discursos, mítines, medios de comunicación a fin de, poder valorar y decidir si la información que recibimos es objetiva y veraz.

 PAPEL DE LA ESCUELA Y FAMILIA EN LA FORMACIÓN DEL PENSAMIENTO CRÍTICO

Para que el pensamiento crítico llegue a formar parte del bagaje cultural de cualquier niño o niña y puedan llegar a ser ciudadanos y ciudadanas competentes, en la sociedad democrática actual es necesario que desde los primeros niveles educativos tengan la oportunidad de desarrollar dicha capacidad. Para ello, es preciso que la educación del pensamiento crítico pase a formar parte del día a día, no solo del centro educativo sino, de la familia y la sociedad. De lo contrario, estaremos privando a los niños y niñas de una de las competencias sociales imprescindibles actualmente, la de ser personas capaces, no solo de tomar sus propias decisiones con criterio propio sino sabiendo las consecuencias, que de ellas, se pueden derivar.

Hoy, a estas alturas del siglo XXI es imprescindible que la escuela, en la medida que quiera incorporarse a las necesidades educativas actuales y abandonar la enseñanza tradicional de la sociedad industrial. ¿Por qué y para qué necesita un niño y niña en 2018 una enseñanza memorística, fragmentada en asignaturas, academicista, individual, aburrida, desconectadas de la sociedad y en la que el libro de texto sigue siendo fuente hegemónica para el aprendizaje? ¿No será el momento de replantearse como introducir en las aulas la educación del pensamiento crítico? Replanteamiento que, en ningún caso, exige nuevas asignaturas, ni cargar la programación con nuevos contenidos, simplemente se trata de aprovechar el trabajo que se realiza en el día a día del aula, independientemente del área o nivel,  para introducir estrategias que propicien el desarrollo del pensamiento crítico.

Para ello, nada más sencillo que introducir en el aula la participación del alumnado en una serie de actividades que posibiliten la formación  en aquellos aspectos que constituyen el bagaje del pensamiento crítico. Por citar algunos, el desarrollo del diálogo crítico y reflexivo que permitirá la interacción, la escucha activa y la aportación de cada participante de sus puntos de vista o sustituir la lectura tradicional por la lectura crítica que permitirá trabajar puntos de vista,  sesgos, estereotipos, contraste de opiniones etc.

A continuación, mostramos una breve descripción de las principales estrategias a tener en cuenta para desarrollar el pensamiento crítico.

DIÁLOGO CRÍTICO REFLEXIVO

Quizás, una de las estrategias más importantes para que los niños y niñas se conviertan en personas críticas es, el DIÁLOGO CRÍTICO REFLEXIVO cuyo objetivo es profundizar en aquellos aspectos sobre los que se dialoga para depurar las opiniones y acercarse lo más posible a la objetividad. Para enseñar a pensar críticamente, tal y como apunta Fisher[1] es necesario preparar al alumnado para que aprendan a dar razones, evaluar las razones y evidencias y distinguir los datos de la opiniones. El objetivo del diálogo crítico es, que las personas que participan en él, aprendan a opinar y defender sus propias opiniones utilizando argumentos para apoyar sus convicciones. Participando en el diálogo reflexivo, los niños y niñas aprenden a explicar las razones de sus opiniones y creencias, así como evaluar las razones dadas por los otros.

LECTURA CRÍTICA

La lectura crítica es una herramienta fundamental que permite, entre otras, iniciarse en el camino del pensamiento crítico. La lectura crítica es una disposición, una inclinación de la persona a tratar de llegar al sentido profundo del texto, a las ideas subyacentes, a los fundamentos y razonamientos y a la ideología implícita, para considerar explicaciones alternativas y a no dar nada por sentado cuando podría ser razonable ponerlo en duda (Smith, 1994; Cassany, 2004; 2006)..

Al hablar de lectura crítica, nos referimos a aquellas prácticas lectoras que tienen como base el diálogo reflexivo. La experiencia lectora ha demostrado que, la lectura compartida dialógica, incide en el desarrollo del pensamiento crítico. Es decir, el lector crítico es  capaz  de expresar su propia opinión, justificarla y argumentarla. Lo que lleva a crear las diversas situaciones que caracterizan la lectura, expresión de la propia opinión, comprensión autónoma (el alumnado es capaz de plantear una situación  del texto ante los demás, tal y como la ha entendido, es decir de plantear con sus propias palabras  aquellos aspectos del texto que le han hecho pensar), toma de conciencia (se apropia de una idea del texto para hacerla suya),  construcción de un discurso alternativo( al planteado en la lectura o por compañeros y compañeras) y defensa de posiciones personales ( argumentar  sobre una postura que se ha creado a partir de la lectura o de la participación dialógica crítica. (Álvarez y Pascual 2013).

Además, el lector crítico debe ser capaz de identificar quién es el autor del texto, cuáles son sus intenciones, cuál es su ideología.  El lector crítico debe ser capaz de construir su interpretación y confrontarla con la interpretación de los otros lectores, de modo que logre penetrar hasta el sentido profundo del texto, lo que conlleva descubrir como dice Cassany, el punto de vista del autor, identificar valores, actitudes, ironías, opiniones e ideologías y la construcción de alternativas.

LAS PREGUNTAS, GÉNESIS DEL PENSAMIENTO CRITICO.

Adquirir la capacidad de preguntar y preguntarnos es un ingrediente fundamental en el desarrollo del pensamiento crítico.  Sin lugar a dudas, la pregunta es el eje sobre el que gira cualquier razonamiento y del que derivan las conclusiones para creer o hacer una cosa. De ahí, la importancia de enseñar a niños y niñas a hacer  preguntas para una comprensión crítica. Las peguntas son la esencia del diálogo reflexivo y crítico.

Los niños y niñas, a través del diálogo crítico-reflexivo, no solamente aprenden a preguntar, sino también a cuestionarse la diversidad de aspectos tratados, a escuchar, respetar las opiniones de los demás, y a apropiarse de las ideas de los otros para elaborar o modificar las suyas.

Ahora bien, ¿Todas las preguntas tienen la misma posibilidad para desarrollar del pensamiento crítico? No, solo las buenas  preguntas, que a diferencia de las malas preguntas, excitan, expresan necesidad de información, despiertan el interés y la curiosidad, motivan, desarrollan la creatividad y el deseo de saber cosas nuevas. Son, sencillamente, aquellas preguntas que desarrollan el pensamiento crítico que a diferencia de las malas preguntas suelen ser cerradas y presuponen una contestación correcta y esperada que no posibilita pensar, imaginar, indagar.

Por tanto, no se trata de hacer cualquier tipo de pregunta sino, de hacer buenas preguntas, es decir,  abiertas, divergentes, que “les ayude a profundizar en la propia opinión manifestada de forma más precisa y elaborada” (Álvarez C, Pascual J)[2]. Pero, desde la perspectiva del pensamiento crítico, no nos podemos conformar con hacerles buenas preguntas, es  necesario también enséñales a preguntar, para que sean ellos y ellas los y las que paulatinamente aprendan a preguntar y preguntarse, única forma de avanzar en la comprensión crítica. En la enseñanza de la pregunta, es necesario tener en cuenta  dos aspectos. El primero, la persona adulta, docente, madre, padre, voluntaria y voluntario deben de ser modelo para que niños y niñas aprendan a formular sus propias preguntas imitando las que ellos y ellas hacen. Segundo, estimulándolos y creando circunstancias para que hagan sus propias preguntas sintiéndose libres para opinar y argumentar  y dando sus razones. Es decir, los niños y niñas  tienen que expresarse en total libertad, lo que significa no juzgar sus opiniones y comentarios, simplemente escucharles.

¿Hiciste una buena pregunta hoy?’ .Una vez le preguntaron a Isidor Rabi, Premio Nobel de física, por qué se convirtió en un científico. Él contestó: “Mi madre me convirtió en un científico sin saberlo. Todos los niños volvían de la escuela y sus madres les preguntaban: ‘¿Qué aprendiste hoy?’. Pero mi madre acostumbraba a decir: ‘Isidor, ¿Hiciste una buena pregunta hoy?’ Eso marcó la diferencia. Hacer buenas preguntas me convirtió en un científico”. Si realmente queremos y seguro que queremos, que nuestro alumnado e hijos e hijas aprendan a formular buenas preguntas. Lo  primero que tenemos que hacer es no matar su curiosidad. Cuanta más curiosidad nos produzca un tema, más fácil resulta aprender sobre él. Se trata de aprovechar la motivación para formular las preguntas que permitan avanzar  hacia la adquisición de la información que posibilite llenar ese vacío. Tanta fuerza tiene  la curiosidad que según las investigaciones que publica Neuron[3] En situaciones de la vida real, el aprendizaje es a menudo automotivado, impulsado por la curiosidad intrínseca en un tema particular, en lugar de por una recompensa externa.

EL PUNTO DE VISTA

 ¿Por qué es importante descubrir el punto de vista? Detrás de los mensajes, las noticias, los textos, los anuncios, las imágenes,… está el punto de vista de su autor. Un pensador crítico es capaz de descubrir el punto de vista del mensaje. ¿Para qué?  Para constatar, verificar y defendernos de la posible tendenciosidad que pueda subyacer en cualquiera de ellos y poder así, construir el propio punto de vista. Para lo que necesitamos una miradas crítica, como dice Cassany,[4] no porque haya discursos tendenciosos o porque algunos medios estén controlados por autoridades, políticos o magnates o porque algunas publicaciones tengan mala calidad, Si es necesaria una mirada crítica es porque siempre, a pesar de lo difícil que resulta, tenemos que disponer de las armas necesarias para nuestra autodefensa de las opiniones y puntos de vista que se nos quiera imponer subrepticiamente y de la tendenciosidad que pueda subyacer en cualquier discurso.

De ahí, la importancia de enseñar al alumnado a encontrar aquellas pistas que le  puedan ayudar, a descubrir si el mensaje que nos llega tiene por finalidad persuadirnos  y convencernos de su propio punto de vista, o dicho de otro modo, que pensemos y actuemos desde el punto de vista u opinión que el autor del mensaje nos quiere transmitir.

Por consiguiente, es necesario aprender que cualquier discurso, conferencia, mitin, artículo, imagen, película, refleja, como dice Cassany[5]  los puntos de vista, la visión del mundo del autor. En consecuencia, se trata de descubrir ya sea en los medios de comunicación: radio, prensa, televisión, publicidad, imágenes, películas, etc. esa visión del mundo que el autor o autores quieren transmitir. Es muy importante tener presente, que entre los propósitos del autor está el que nos identifiquemos con la opinión que nos transmite.

En consecuencia, el pensador crítico es capaz de cuestionar y cuestionarse para  descubrir el punto de vista y buscar otras alternativas. El pensador crítico es capaz de evaluar los mensajes que le llegan con precisión así como cuestionar las fuentes de información. ¿Qué punto de vista se quiere transmitir a través de este texto, anuncio, artículo, noticia…? ¿Habrá otro punto de vista a tener en cuenta?  ¿Por qué piensas que el autor escribió esta historia, este artículo,…? ¿En qué medida repercute este relato con lo que ocurre hoy en la sociedad? , …

En el próximo artículo seguiremos profundizando, en como abordar algunas estrategias del diálogo crítico reflexivo: razonar y argumentar, para aprender a defender opiniones personales y puntos de vista.

Ginés Martínez Cerón
Pertenece a la A. E. Pública Siglo XXI
Enero 2018

Referencias

Álvarez-Álvarez C. y Pascual-Diez J.(2013)  Estudio de caso sobre la formación de lectores críticos mediante textos literarios en la Educación Primaria. Ocnos,10,27-53.
Ariely Daniel. Las trampas del deseo: como controla los impulsos irracionales que nos llevan al error.
Beton, John Alessandra Gillis Drague.  Introducción al pensamiento crítico. Plaza y Valdés, s.
Cassany Daniel. Tras las líneas, Anagrama.
Meseguer  Velasco Juan. Pensamiento crítico: una actitud. Editorial: s. a. (unir) universidad internacional de la rioja.
Fisher Robert. Dialogo creativo hablar para pensar en el aula. Editorial Morata.

Kahneman Daniel Pensar rápido, pensar despacio. Debate.

Pozo Juan Ignacio . Aprender en tiempos revueltos. Alianza Editorial

-->
Saiz Carlos  Sánchez.  Pensamiento critico y cambio. Editorial Pirámide
Ginés Martínez Cerón
Pertenece a la A. E. Pública Siglo XXI
Enero 2018




[1] Robert Fisher. Diálogo creativo. Hablar para pensar en el aula. Morata
[2] Alvarez-Alvarez,C y Pascual-diez, J (2013)- Ocnos
[3] Berlyne, 1966 , Reeve y Reeve, 1996 , Ryan y Deci, 2000 Los estados de curiosidad modulan el aprendizaje dependiente del hipocampo a través del circuito dopaminérgico.. Revista Neuron
[4] Tras las Líneas. Daniel Cassany
[5] Daniel Cassany. Tras las líneas, Anagrama.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Aquí escribe tu opinión y/o comentario