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14 octubre, 2015

LA IMPORTANCIA DE LAS PREGUNTAS EN LAS TERTULIAS DIALÓGICA



Cuando le preguntaron a Sócrates 
cuál había sido su logro más importante, 
él respondió: “Les enseño a los hombres a preguntar”.
C. Roland Christensen

La lectura dialógica, a diferencia de la lectura tradicional, posibilita, superar la desventaja de desigualdad, en que se encuentra un porcentaje alto del alumnado, al potenciar  y acelerar el aprendizaje lector y en consecuencia el éxito escolar de todo el alumnado.  Con la lectura dialógica, se supera y sustituye, la interacción subjetiva persona – texto, propia de la lectura tradicional, por una interacción colectiva, ya que, como afirma, SOLER MARTA  (2003)[1]  leer implica compartir espacios, construir pensamientos y aumentar los aprendizajes y motivaciones educativas, y esto no es un proceso individual sino colectivo. De ahí, que la tertulia dialógica, abra un abanico de posibilidades insospechadas al alumnado participante  que la escuela tradicional le había negado.  Es evidente, que introducir la lectura dialógica en el aula supone abrir un escenario nuevo, donde los niños y las niñas, van a sentirse protagonistas y descubrir, como dice, POMAR MARIBEL ( 2001)[1] el diálogo como vehículo de aprendizaje que lleva a formular y reformular el pensamiento, y a comunicarlo a los demás. Lo que implica una actitud cuestionadora del  propio saber  y de los demás que conduce  a la necesidad de aprender a formular mejores preguntas



El motor y éxito de una buena tertulia dialógica radica en, las preguntas del maestro ó maestra y de los propios niños y niñas.  Las preguntas son el eje sobre el que pivota el grado de profundidad de una tertulia dialógica, como dice WELLS ( 2001) el aprendizaje se basa en el planteamiento de preguntas en colaboración con los demás para, encontrar respuestas e intentar comprenderlas. Comprensión e interpretación que no es una tarea meramente individual sino, que es el resultado de la suma de las interpretaciones generadas en el grupo, posibilitando así, alcanzar un nivel de comprensión más profundo. Porque, como afirma Bakhtin la interpretación y la comprensión es colectiva y esta vinculada a los diálogos con las demás personas.

Por otra parte, La tertulia dialógica, abre, a los niños y niñas una serie de posibilidades que, la escuela tradicional les había negado al relegar sus preguntas, la imaginación y la creatividad, a un segundo plano. Con y a través de la tertulia dialógica los niños y niñas descubren algo mágico que irrumpe en su vida, despertando emociones y un interés desconocido por participar. El hecho de romper la dinámica rutinaria del aula, al sentarse en corro, opinar sobre sus experiencias personales y familiares, el contrastar puntos de vista,…  activa su curiosidad e interés, por sumergirse cada vez más en la lectura. A través de las preguntas que la lectura suscita, los niños y niñas van descubriendo que la comprensión del texto es mayor y más profunda debido a la interacción colectiva. Así también, al compartir con sus compañeros y compañeras sus opiniones e ideas sobre la lectura, mejora significativamente la comprensión del texto respecto a la que habían llegado individualmente antes de la tertulia.

A través, de la tertulia se logra transformar, el espacio rutinario del aula, en un escenario totalmente nuevo y, esto predispone y mucho En ese escenario nuevo, los niños y niñas, a veces, piensan que están soñando, porque pueden hacer y decir lo que la escuela les había negado. Ahora, pueden opinar libremente, expresar sus sentimientos y emociones, preguntar en libertad y sin limitaciones sin que nadie les diga:¡ Callad!, ¡ silencio!. ¿Quién se puede extrañar de que de una forma tan sencilla la lectura deje de ser una tarea meramente escolar, para convertirse en una actividad llena de sentido? Pero, por si esto no fuera suficiente, a través de la tertulia dialógica descubren, que el maestro o maestra no impone su autoridad, que respeta sus opiniones e ideas, que no exige solamente respuestas sino, que les anima a preguntar. Cambios, que hacen que el alumnado se sienta persona y protagonista y que la lectura, deje de ser simplemente tarea escolar individual para convertirse en una actividad compartida y con sentido.

BUENAS Y MALAS PREGUNTAS

“¿Qué hay en una pregunta? Todo, dice John Dewe.  Es la manera de evocar la respuesta estimulante o de aniquilar la indagación. Es, en esencia, el meollo mismo de la enseñanza”. En la misma dirección afirma Freire, el origen del conocimiento está en la pregunta, o en las preguntas. Ahora bien, no todas las preguntas tienen la misma posibilidad para el desarrollo del pensamiento crítico  e incidir en  la construcción del conocimiento. Solo las buenas  preguntas, que a diferencia de las malas preguntas, excitan, sorprenden, motivan, emocionan, provocan, interesan, desarrollan la creatividad, despiertan la curiosidad por saber más, activan el pensamiento crítico, despiertan el deseo de saber cosas nuevas. En definitiva, las  buenas preguntas, como dice ROBERT FICHER(2013), tienen la función de descubrir lo que saben otros, al comprobar sus conocimientos y estimular su pensamiento suscitando la curiosidad y el interés así como, descubrir los puntos de vista, los sentimientos y las experiencias de otros.  Sin embargo, las malas preguntas presuponen una contestación correcta y esperada que no posibilita al niño y niña  pensar, imaginar, indagar,…La distinción realizada por, J.C. Lago (1990)[3] entre malas y buenas preguntas sirve para señalar las dos posibilidades didácticas de la pregunta: Cuando las preguntas pretenden las respuestas, que ya está prefijadas, el discurso escolar se limitará a repetir lo ya dicho y se sustituye  el conocimiento por, en el mejor de los casos, la erudición. La pregunta cuya respuesta se desconoce, porque aún no existe, nace de una situación de desconocimiento y es en esa situación de desconocimiento en donde el conocimiento se puede producir.  

La metáfora que utiliza  Fran PEAVEY  para diferenciar los resultados de aplicar buenas o malas preguntas es de una plasticidad que habla por si sola.  "Las preguntas pueden ser como una palanca que usas para forzar o abrir la tapa pegada de una lata de pintura…  Si tenemos una palanca corta, no podemos más que sólo romper la tapa de la lata. Pero si tenemos una palanca más larga, o una pregunta más dinámica, podemos abrir la lata ampliamente hasta remover todo su contenido. . . Si se aplica la pregunta correcta, y excava lo suficientemente profundo, entonces podemos remover ó sacar todos las soluciones creativas.

A HACER PREGUNTAS TAMBIÉN SE APRENDE

Es manifiesto, que a los maestros y maestras formados en modelos educativos propios de la sociedad industrial, no se les enseñó a formular preguntas. El aprendizaje tradicional no lo exigía.  También, es posible que muchos y muchas piensen que hacer preguntas sea algo tan fácil que no sea necesario aprender. Paulo Freire,[4] nos saca de dudas al tirar por tierra  esa simplicidad, al afirmar que formular buenas preguntas requiere un aprendizaje artesanal, de ensayo y error, de trabajo compartido entre maestros y estudiantes. Continúa diciendo Freire, estamos de acuerdo en que todo comienza, como ya lo decía Platón, con la curiosidad y, unida a la curiosidad, la "pregunta”. La primera cosa que debería aprender aquel que enseña es saber preguntar.

Por tanto, la cuestión radica en la categoría de preguntas que se le hace al niño y a la niña en las tertulias dialógicas. Porque preguntar ya se pregunta.  Pero, el asunto que aquí se plantea es, si las preguntas  inciden en el desarrollo de las habilidades comunicativas para profundizar en la comprensión de lo que se lee, razonar argumentativamente, desarrollar el pensamiento creativo y crítico, las emociones, y el disfrute con la lectura es decir, si las preguntas estimulan el pensamiento, el aprendizaje y la formulación de sus propias preguntas.

INTERNALIZACIÓN DEL APRENDIZAJE

Si se pudiera realizar una radiografía, del aprendizaje resultante de las tertulias dialógicas, se podrían observar los cambios y transformaciones que  tienen lugar en cada niño y niña. Cambios y transformaciones resultantes de las interacciones  que han tenido lugar en el desarrollo de la tertulia. Son muchos los autores y experiencias que evidencian que el aprendizaje se produce a través de las interacciones. Sin lugar a dudas, las preguntas tanto del maestro y maestra como, de los niños y niñas juegan un papel clave  en la calidad y profundidad de las interacciones que se generan  en el grupo. La tertulia, se convierte en un espacio que posibilita que cada participante, como consecuencia del razonamiento colectivo que se ha generado, modifique sus ideas, desarrolle nuevos puntos de vista y establezca relaciones, entre sus experiencias y conocimientos personales, con los que se generan colectivamente en el grupo.

Cada alumno y alumna, a lo largo del proceso de la tertulia y, en especial una vez terminada la sesión, se apropia de todo aquello que ha captado y vivenciado en el transcurso de las interacciones ocurridas en la sesión dialógica. Apropiación que se produce a través de un diálogo interno, un diálogo consigo mismo. De tal forma que, como afirma IVET GARCÍA, cuando cada alumno comienza a dialogar con él mismo se efectúa una reelaboración, una personalización o asimilación individualizada: un proceso complejo de interiorización de todo lo que cada uno pudo percibir, captar, vivenciar u observar. De esta forma son capaces de autopreguntarse, cuestionarse los aspectos tratados, plantearse nuevos modos de razonamiento, en fin, apropiarse de un pensamiento cualitativamente superior, en tanto no es su pensamiento individual inicial, sino un pensamiento enriquecido colectivamente.

CARACTERISTICAS DE LAS PREGUNTAS

La primera característica es que su formulación permita que los niños y niñas puedan responderlas de un modo activo. Por ejemplo, no es lo mismo preguntar: ¿por dónde entró Ricitos de Oro? que ¿ por qué crees que los tres osos se dejaron la puerta abierta? Igual que no es lo mismo iniciar la pregunta por la expresión[6] … ¿Qué pensáis que ocurre....? ¿Cómo pensáis que ocurre...? a plantear ¿Cómo ocurre...? ¿Qué ocurre...?. En el primer caso el alumno debe movilizar sus conocimientos en el segundo debe buscar la respuesta correcta que implícitamente se supone que es una y que él sabe o no sabe.

 Segunda característica. Deben tener un objetivo concreto, de acuerdo con las necesidades del alumnado y aquellos aspectos que se quieren potenciar. Por ejemplo, la creatividad, la lectura crítica, el razonamiento, la búsqueda de más información, búsqueda de nuevas ideas, relacionar información con experiencias vitales, adquisición de distintas competencias: mejorar la escucha activa, la comunicación, etc.

Tercera característica. Las preguntas se formularán en función del tipo  y grado de la comprensión del texto. Así, si las  preguntas son de tipo literal o cerrado la comprensión será superficial ya que, el significado se encuentra explícito en el texto. Además de ser preguntas de respuesta única, cuya contestación requiere localizarlas en el texto. En cambio, las preguntas de tipo interpretativo conducen a una comprensión más profunda, en la medida que suponen la interpretación de inferencias, suposiciones, ironía, dobles sentidos… Sin embargo, la comprensión crítica como dice CASSANY (2013) supone interpretar lo que hay detrás de las líneas, lo que exige preguntas que permitan develar lo que hay detrás del texto, lo que está oculto es decir, el punto de vista, la intención y la argumentación del  autor… Por tanto, el tipo y grado de comprensión dependerá del tipo de preguntas que se formulen en el desarrollo de la tertulia dialógica.

ENSEÑAR A LOS NIÑOS Y NIÑAS A HACER Y HACERSE PREGUNTAS

Si las preguntas que hace el maestro y maestra son muy importantes para activar las interacciones en el desarrollo de la tertulia. No son menos importantes, las preguntas que hacen los niños y las niñas. Ahora bien, como demuestra la experiencia, muchas preguntas que hacen los niños y las niñas en sus intervenciones, surgen espontáneamente de la lectura que cada niño y niña ha realizado previamente a la tertulia y del contexto de las intervenciones que se realizan en el desarrollo de la tertulia. Preguntas, sin lugar a dudas, muy válidas pero no suficientes. Porque, si leer es interrogar a un texto, tanto individual como colectivamente, para construir su significado, es imprescindible que aprendan a formular distintos tipos de preguntas que, les permita interacciones progresivas de mayor calado, en la construcción del  significado del texto.

Sin embargo, la experiencia dice que enseñar a hacer preguntas es algo que no forma parte habitual de las prácticas educativas, de la mayoría de las aulas, de ahí, que como afirman, MAITE SBERT Y MARIBEL POMAR (1999),  los maestros y maestras a menudo transmiten la idea de que lo realmente importante no son las preguntas sino, las respuestas, ya que las preguntas son sólo propias de quien no sabe. Extremo que confirma  una encuesta reciente[7], en la que se les preguntaba al alumnado de 5º y 6º de Educación Primaria ¿Quién suele hacer las preguntas de comprensión lectora? Para el 100 % del alumnado las preguntas las hacía el docente o se elegían entre las que el libro proponía. Sin lugar a dudas, debido a estas prácticas generalizadas, la escuela mata esa curiosidad innata de los niños  y niñas, haciendo desaparecer poco a poco ese interés y capacidad inicial de preguntar que cualquier niño y niña lleva consigo desde que empieza a hablar. Nuestros hijos de pequeños dice, MICHIO K KAU físico y divulgador científico[8], se hacían preguntas de todo lo que veían ¿ por qué el cielo es azul?. ¿Por qué yo tengo pito y mi hermana no?  ¿Por qué hay niños que pasan hambre? Pero un día dejan de hacerlas ¿qué ha ocurrido? Que han empezado a ir a la escuela y uno no puede salirse del guión, ha de limitarse a aprender a contestar lo que luego el profesor le va a preguntar.

La lectura dialógica, es un espacio privilegiado para romper ese escenario, de una escuela en la que normalmente, es el profesorado el que pregunta y el alumnado el que responde. La tertulia dialógica es una ocasión privilegiada para recuperar y devolverle a los niños y niñas, nuevamente, la ilusión de hacer y hacerse preguntas. A través de la lectura dialógica, los niños y  niñas vuelven  a conectar la escuela con sus vidas, recuperando la curiosidad por indagar. Se trata en definitiva, de que profesorado y familias tomen conciencia de que es urgente dar cabida a la pedagogía de la pregunta para que, como afirma PAULO FREIRE “los maestros y alumnos, se reúnan en el aula de clase para plantearse preguntas acerca de los problemas prácticos de sus vidas, de sus comunidades y del conocimiento que esperan construir”. En definitiva, aprender a hacer preguntas es construir los cimientos del aprendizaje a lo largo de la vida. Porque como dice Neil Postman: "Una vez que hayas aprendido a hacer preguntas  –preguntas pertinentes y apropiadas y sustanciales- habrás aprendido cómo aprender y nadie podrá impedir que aprendas lo que tú quieras o lo que necesites saber.

¿A qué edad es pertinente iniciar a los niños y niñas a interrogar un texto? Desde el mismo momento que ingresan el la escuela ¿dos, tres años? Cuanto antes mejor. No es necesario que ya sepan leer para iniciar la lectura y tertulia dialógica. Precisamente el diálogo interactivo que, en un principio genere maestra/o colectivamente con el grupo es lo que va a generar el aprendizaje lector y escritor, desde el principio del proceso lecto-escritor. Lo que seguramente va en contra de lo que opinan bastantes docentes. Sin embargo como dice, JOLIBERT[9]  Hoy en día, no hay gran riesgo en afirmar que la mayoría de los docentes piensan que leer textos completos se logra al final de un largo periodo de aprendizaje, después de un paso a paso de decodificación y ensamblaje (de letras, sílabas, palabras, frases, párrafo), o que, a lo mejor se puede adelantar la hora del enfrentamiento de los niños con textos completos a través de textos “simplificados” para los niños. Es precisamente al revés: aprender a leer es aprender a enfrentar/interrogar textos, y textos completos desde el inicio. La unidad en la cual se manifiesta el leguaje en situaciones de vida reales, en su forma escrita, no es la palabra, ni la sílaba, sino el texto.

Por tanto, no es necesario esperar a que los peques sepan leer, para iniciar la enseñanza de las preguntas y las tertulias dialógicas. Es algo inseparable. Se aprende a leer y a escribir interactuando e interrogando al texto.   El niño y la niña empezarán a aprender a preguntar y preguntarse, en la medida que empiece a participar en las tertulias. En este proceso dialógico interactivo los peques  descubrirán el concepto de texto, la función de la lectura, porque y para qué hay que leer, diferentes tipos de escritos, etc. Paralelamente irán aprendiendo el concepto de interrogante, el significado de lo que quiere decir preguntar, que hay distintos tipos de preguntas…

En la medida que avancen en la lectura y de curso se irán ampliando las situaciones para aprender a hacer preguntas. Aunque siga siendo muy importante, el tipo de preguntas que haga el profesor y la profesora ya que, siempre,  supondrán para el alumnado un modelo y estilo a imitar. Será necesario además, aprovechar las oportunidades que les brinda la  preparación de la lectura, normalmente en casa, para implicarlos en la formulación de preguntas. ¿Qué te gustaría preguntar en la próxima tertulia sobre el texto que has leído?  Se trata de que cada niño y niña disponga de un cuaderno, donde anotará junto a las razones por la que ha elegido el párrafo, aquellas preguntas que ha pensado hacer en la tertulia, bien a sus compañeros y compañeras y/o al maestro. Preguntas que una vez formuladas pasarán a engrosar la lista de preguntas. Evidentemente sería necesario que de vez en cuando se dedicara una sesión a clasificar las distintas preguntas. Se trata de que al alumnado tome conciencia y aprenda que existen distintos tipos de preguntas y  las diferencias que existen entre ellas.

 Resumiendo:

 ¿Cuál es el papel que juega el maestro y maestra?[10]
- Da modelos
- Evidencia las diferencias de las opiniones compartidas y cómo éstas ayudan  a plantear nuevas cuestiones.
- Ayuda a reformular preguntas.
- Se plantea el sentido de las preguntas que hacen las niñas y los niños.
- ….
La secuencia siguiente[11], nos muestra la evolución que los niños y niñas  de un grupo de tercer curso de Primaria han seguido para aprender a clasificar las preguntas.

TIPO DE PREGUNTA ¿QUÈ TENEMOS QUE HACER PARA CONTESTARLA?

Clasificación Inicial 

Clasificación II

Clasificación III
a) Preguntas fáciles.



b)Preguntas que hacen pensar.

a) Nos hacen hablar de nosotros mismos, de cómo somos, qué pensamos de cosas que nos pasan...
b) No tienes que pensar mucho para contestar porque la respuesta está en el texto o en el dibujo que lo acompaña.
c) Hacen pensar en el significado de las palabras.

A) La respuesta está en el texto: Leer el texto, mirar el dibujo (si tiene), recordar el texto (si te lo sabes de memoria)
B) La respuesta es una hipótesis: Está en nuestra imaginación. imaginar, hacer suposiciones, pensar diferentes posibilidades.
C) Para contestarlas tienes que saber algunas cosas: recordar algo que ya sabemos, saber el significado de alguna palabra
D) Personales: Recordar cosas que hemos visto o hemos vivido

Como se puede observar en el primer criterio de clasificación, no solamente propio de Educación Infantil sino, también de alumnos de Primaria, la clasificación es muy sencilla, pero muy significativa al distinguir las fáciles de las que hacen pensar. En la segunda clasificación, las fáciles las identifican con “No tienes que pensar mucho…”  Y en la tercera clasificación,  se observa un evolución importante que demuestra que ya son capaces de distinguir las preguntas  de tipo literal, inferencial e interpretativo.

30 de noviembre de 2014-11-26
Ginés Martínez
Coordinador de la A. E. P. Siglo XXI




[1] Lectura dialógica. La comunidad como entorno alfabetizador. Capítulo pblicado en: Teberosky, A. y Soler, M. (eds.) (2003). Contextos de alfabetización inicial. Barcelona: Horsori, pp. 47-63.
[1] Maribel Pomar. El Diálogo y la Construcción Compartida del Saber. Octaedro- eub.https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=2754825883033421933 - _ftnref [2] Maite Sbert y Maribel Pomar. Tensar las cuerdas del violín: el valor de las preguntas en una enseñanza para la comprensión Primer congreso de lengua escrita en Murcia. Rev.
[3] Citado por María Sotos Serrano, en :“ Las preguntas del aula. Análisis de la interacción educativa.
[4] Por una pedagogía de la pregunta. Paulo Freire, Antonio Faundez
[5] Has tal punto es así, como demuestra el caso de una profesora que el curso pasado había iniciado las tertulias literarias dialógicas en su aula y que comentaba, la  verdad es que con la lectura dialógica sobra el libro de lengua.
[6] Montserrat Roca Tort IES Pla de les Moreres Vilanova del Camí.
[7] Andrés Calero en Freire su pedagogía de la pregunta y el desarrollo de la comprensión lectora. http://comprension-lectora.org/
[8] Michio Kaku es un físico teórico estadounidense, especialista muy destacado de la String Field Theory, una rama de la teoría de cuerdas. Además de eso es divulgador científico e intenta acercar la ciencia de una manera amena y sencilla.
[9] Joliber Josette.   TEXTOS, nº 5 Págs. 81-92, Formar niños lectores/productores de texto.
[10] Autores varios. Enero / N.0 243 / Cuadernos de Pedagogía 73

[11] Maite Sbert y Maribel Pomar. Tensar las cuerdas del violín: el valor de las preguntas en una enseñanza para la comprensión. Crea Mundos.

1 comentario:

  1. Gloria Giménez Lopez14 de diciembre de 2014, 4:25

    En mi práctica de varios años, desarrollando tertulias en Educación Primaria, siempre había considerado que era necesario para activar la implicación de los niños y niñas hacer preguntas. Sin embargo, no había contemplado la dimensión tan profunda que, podrían tener las preguntas, hasta considerarlas el motor y el eje sobre el que pivota el grado de profundidad de una tertulia dialógica.

    Sin lugar a dudas, un aspecto a resaltar y, que considero fundamental, es el que alude a la necesidad, de que los maestros y maestras aprendamos a hacer buenas preguntas. Son muchos los interrogantes que se agolpan en mi cerebro. ¿Qué tipo de preguntas hago habitualmente? ¿ Son las adecuadas para implicar, a los participantes en la tertulias, en el razonamiento y pensamiento crítico y creativo? ¿Hasta que punto mis preguntas ayudan a desarrollar las habilidades comunicativas?. ¿ En que medida las preguntas que formulo permiten conectar el contenido del texto con los intereses de los niños y niñas?.

    Otro, de los aspectos que me han hecho pensar es la de enseñar a los niños y niñas a hacer y hacerse preguntas. Realmente es una cuestión que no me había planteado de una forma explícita, en la gestión de las tertulias dialógicas. Por supuesto, que en las tertulias que participo los niños y niñas hacen preguntas y les animo a hacerlas. Pero ahora, pienso que es necesario enseñar a que los niños y niñas formulen buenas preguntas para que puedan evolucionar a lo hora de interrogar. Quizás, la influencia del modelo educativo tradicional, en la que nos hicimos maestras y maestros, sigue aun pesando demasiado.

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